José Fernando no ha aprendido la lección. A pesar de entonar el 'mea culpa' que le permitió eludir la cárcel y de comenzar (aunque duró poco) un tratamiento de desintoxicación en un centro de rehabilitación, el hijo de Ortega Cano ha sido sorprendido por la Policía Nacional con siete gramos de cocaína encima.

En su momento, José Fernando se confesó ante el juez "arrepentido" y "avergonzado",  y le pidió que le diera "una oportunidad, que no la voy a desaprovechar". Pero no ha sido así. José Fernando ha sido incapaz de cumplir con su promesa y ha vuelto a frecuentar las mismas malas compañías y las costumbres que le llevaron a pisar la cárcel. Unos agentes de paisano le sorprendieron con sus amigos y le incautaron la droga. No fue detenido, por poco. El límite que separa el consumo propio del tráfico de estupefacientes es de 7,5 gramos de droga, solo 0,5 más de la que él tenía en su haber y que estaría valorada en unos 500 euros. Eso le comportará solamente una sanción administrativa y una multa.

Reconocer su adicción a las drogas y al alcohol y confesar su intención de rehabilitarse le permitió abandonar la cárcel a mediados de marzo. José Fernando ingresaba entonces en el centro Hipócrates de Barcelona, acompañado de su padre y de su hermana. No duró ni un mes. En Sevilla, lo intentó de nuevo en el Instituo Galeno, que dirige Pepe 'el Marismeño'. De allí fue expulsado 20 días después, acusado de incumplir las normas del centro.

Desde entonces, la vida de José Fernando parece haber vuelto al punto de partida. Su familia vive preocupada por su actitud y se ve incapaz de reconducir a un chico que no parece querer rehabilitarse. Para ellos, y para su padre, Ortega Cano, que se encuentra en la cárcel de Sevilla 1, que el chico haya sido 'pillado' con siete gramos de cocaína es un revés más.