Jordi Cruz siempre ha reconocido que pasó su adolescencia y parte de su juventud metido en una cocina. Los fogones hicieron que un chiquillo perdido, que no sabía qué hacer con su vida canalizara toda su imaginación y creatividad a través de guisos y menús. Anoche, el chef catalán contaba esto mismo a Bertín Osborne, que ejercía de anfitrión una vez más. El conductor de ‘En tu casa o en la míareunió anoche al jurado del programa de cocina del momento, ‘Masterchef’. Jordi ofreció una entrevista sincera y muy próxima. Dada su asombrosa timidez, el más joven del jurado no suele hablar de temas referentes a su familia o su pasado. Con Osborne hizo una excepción. Debe de ser que los embutidos que tiene el jerezano hacen a hablar hasta al más callado. El nuevo suero de la verdad.

Jordi aseguró que con su progenitor nunca tuvo una relación fluida. Cruz padre “no regalaba los te quiero a cascoporro”, confesaba el cocinero, que sabía que al final consiguió que su padre se sintiera orgulloso de él. “Pasé de ser un presunto delincuente a tener una estrella Michelin”. Su padre, que siempre “le daba”,  pasó el final de sus días entre brumas. Padecía alzhéimer, y, a veces, le era muy complicado reconocer a las personas, pero Jordi está tranquilo de cómo fue la despedida entre ambos. El chef le dijo “te quiero” antes de morir y eso le ha provocado una gran tranquilidad en su espíritu. “Tuve suerte de cerrar el círculo”.

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De su padre, además de esa reticencia a tener demostraciones de afecto, heredó ‘una bestia’ que asegura tener dominada. “Tengo un animal dentro, que si lo dominas y aprovechas su fuerza puede tener un tirón acojonante, pero que mal utilizada te puede convertir en un idiota”. Suerte que él lo ata en corto.

Siempre ha dicho que empezó a cocinar por su madre, quien un día se encontraba enferma y él se encargó de relevarla entre cacerolas. Así fue cómo empezó una pasión que aún continúa enganchándolo y que lo hace seguir creciendo y mejorando. Con tres restaurantes y a punto de abrir el cuarto, cruza los dedos para que pronto lo vuelvan a visitar de la guía Michelin y le otorguen la tercera estrella.

Y así, brindando por el éxito de 'Masterchef', por que ahora los niños quieran ser cocineros y no futbolistas y por sus compañeros, Cruz se saltó la dieta y se puso las botas con las gachas que Pepe había preparado.