Las fotografías en las que Isabel Pantoja (60) posa con su hija Isa (21) han sido el broche de oro a uno de sus viajes más emocionantes, con la vuelta a los orígenes de aquella niña que con tres meses partió de Lima (Perú) en brazos de la cantante. Las imágenes, que han levantado ampollas en algunos miembros de la familia, se tomaron tras uno de los conciertos más complicados para la artista en sus 45 años de carrera. Porque la actuación que Isabel Pantoja protagonizó el 1 de marzo de 2017 en Lima pasará a la historia por ser la que unió bajo el mismo cielo, y a tan solo unos metros de distancia, a la cantante, a Roxana Luque –madre biológica de Isa– y a la propia joven.

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La hija de la Pantoja vivió las tres horas de actuación aparentemente tranquila, intentando abstraerse del nerviosismo de las personas de su entorno, porque temían que, en una encerrona, Roxana invadiera su espacio para abrazarse a ella. Isa no pronunció ni una palabra sobre la peruana y mantuvo su legendaria calma, aunque un monumental atasco en el trayecto desde el hotel hasta el lugar de la actuación perturbó su tranquilidad. Quería llegar al Jockey Club para refugiarse en el camerino de su madre antes de que se abrieran las puertas al público, pero no pudo ser. Y fue al llegar al club hípico cuando afloró su nerviosismo, porque quería bajar del coche con la absoluta seguridad de que su madre biológica no la iba a acosar.

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