¡Quién la ha visto y quién la ve! Loli, la tarotista que leyó el futuro de la casa de 'GH 15', parece otra persona diferente a la que entró en 2015 en la casa de Gran Hermano. Nada más y nada menos que 15 quilos separan las imágenes de aquel momento con las actuales, algo de lo que la exconcursante se siente muy orgullosa. Y es que la imagen que conocimos de ella en televisión no era la real: "Yo entré a 'Gran Hermano' víctima de la crisis, y en aquel entonces, la Loli que se ve en Guadalix no era yo: hay amigos que ni me reconocían en la tele de lo que había engordado. Me deprimí al quedarme sin trabajo y empezar a pensar en los niños, en que no podía pagar la hipoteca, en que tenía que entregar los vehículos...", explica la exconcursante.
Ahora, Loli ha encontrado las fuerzas que entonces le faltaban y ha puesto todo su empeño en recuperar el ánimo y la buena forma física cambiando de hábitos y de actitud vital. "Hoy en día lo tengo superado. La vida te va haciendo fuerte, y yo digo que nada va a poder conmigo, voy a seguir luchando con uñas y dientes", asegura la exgran hermana, que ha conseguido recuperar su aspecto después de probar "millones de regímenes": "Me he sometido a un tratamiento de cuatro meses a base de batidos y alimentos naturales y he perdido 15 kilos y muchísimo volumen", afirma.
Eso sí, lo importante no es solamente perder los quilos de más, sino sentirse sano y bien con uno mismo, como ella misma confirma: "no se trata del número que marque la báscula, si no de sentirse bien". La única espina que sigue sin poder quitarse es la de encontrar un trabajo estable que la ayude a quitarse de encima la orden de deshaucio que pende sobre su hogar: "Sigo sin trabajo, y estoy esperando que el ayuntamiento abra una nueva bolsa de empleos para trabajar unos meses gracias a los servicios sociales", explica. "Yo lo que quiero es trabajar, tener una nómina. Y en eso 'Gran Hermano' no te ayuda. Es una experiencia maravillosa, pero no te soluciona la vida", concluye.