Por su silencio y su reacción esta mañana de miércoles, no cabe duda de que la primera sorprendida ante la noticia de que su marido David Bustamante mantiene una pasional relación desde hace un mes con la presentadora Ares Teixidó ha sido Paula Echevarría. Las fuerzas y las energías que mostró en abril cuando se supo que ella y el cantante habían puesto fin a su relación no son las mismas que ante una situación que podría haberla desbordado por impacto. Por aquel entonces, siguió con su vida y sus rutinas, sus publicaciones a través de las redes y enfrentándose a la prensa en la calle con calma y con una sonrisa eterna. Desde ayer a esta hora de la tarde, sus 'stories' siguen mostrando la ropa que le ha comprado a su hija, Daniella. La primera foto que asomaba en su Instagram era de unas orquídeas blancas y un escueto "Buenos días", adornado por emoticonos florales. Un acto inofensivo y cotidiano, pero que decía más de lo que en principio aparenta. De nuevo, Paula se volvía a parapetar en la rutina y en las imágenes agradables, pero ni rastro de emociones.

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Paula Echevarría

Después de tantos meses desde que saliera a la luz su separación, sabemos que a Paula le gusta controlar los tiempos y que ha hablado siempre, pero en actos donde ha sido convocada la prensa. El próximo acto público de la actriz se intuye especialmente duro para ella, después de saber que David ha decidido pasar página recibiendo el amor de Ares y colmándola de atenciones.

El día ha ido remontando, y la hemos podido ver salir de casa junto a una de las personas que no la ha fallado en todo este tiempo: su madre Elena Colodrón. Protegiéndose de las cámaras y los periodistas en un silencio sepulcral han decidido pasar una mañana de relax, cuidados y muchas confidencias en un centro de belleza de Madrid. Imaginamos el raudal de pensamientos, emociones y sentimientos que se tienen que agolpar en su cabeza y el papel de su madre está siendo esencial en estos momentos para ordenar las ideas y decidir los pasos que dar.

Con el semblante serio y cabizbaja, sin dar opción a los medios a una declaración o gesto delator, Paula ha vuelto a meterse en el coche hasta la seguridad de su casa.