La relación entre Gloria Camila y Michu nunca ha sido así como para echar cohetes, pero el nacimiento de la pequeña María del Rocío, en mayo de 2017, la hija que José Fernando tuvo con Michu, supuso un acercamiento de la familia Ortega-Mohedano con la madre de la criatura. Claro que si a Gloria Camila la persona de Michu no le despierta grandes simpatías, sí pierde el oremus por su sobrinita, Rocío, de la que presume abiertamente en sus redes sociales. "Os presento a la niña más bonita del mundo", escribe la hija de Ortega Cano. La niña, la verdad, está muy mona. Pronto cumplirá dos añitos y ya se defiende la mar de bien comiendo ella sola con la cuchara.

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José Fernando continúa ingresado en el centro de rehabilitación en el que trata de curarse de sus adicciones y no puede ver a la niña tanto como a él le gustaría, aunque este fin de semana ha podido estar con la pequeña. Michu, por su parte, sueña con el hecho de que, algún día, los tres, ella, José Fernando y la hija de ambos, puedan vivir como una auténtica familia, aunque es consciente de que ahora mismo eso es imposible. Primero, por la salud del hermano de Gloria Camila –que no termina de curarse–, y segundo, porque la relación entre Michu y el joven está llena de obstáculos. Uno de ellos, la oposición a esta relación por parte de la familia del torero, que siguen considerando a Michu una persona que no beneficia a la recuperación de José Fernando.

Pero si hay algo que logra romper todas las barreras eso es la sonrisa de un niño. Ya en el bautizo de la pequeña María del Rocío, llamada así en honor a su abuela, Rocío Jurado, varios miembros de la familia de José Fernando se dieron cita en una curiosa reunión familiar, con notables ausencias y con mucha tensión por parte de los padres de la niña. Ortega Cano, feliz abuelo de su primera nieta, estuvo acompañado por su hija, Gloria Camila, y por su cuñada, Gloria Mohedano y el marido de esta, José Antonio. José Fernando pudo disfrutar ese día de un permiso especial del centro en el que se encuentra interno, pero apenas cruzó media palabra con la madre de la pequeña.