Aunque parezca imposible, sabemos que puede ocurrir. Cada año, la dieta Supervivientes deja a los participantes con varias tallas menos. Pasar meses comiendo pescado -poco-, almendras y trocitos de coco es la forma ideal para terminar quitándose esos kilos de más en la isla. ¡Qué hambre! Sin duda, no es la mejor forma de perder peso -menos mal que tienen siempre un equipo médico que se hace cargo de todo-, pero todos vuelven a España con unos tipazos como hacía años que no veían. Bueno, todos, todos, no... Hay concursantes que consiguen desafiar incluso a la naturaleza.

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Gloria Camila y Kiko

Gloria Camila se ha convertido no solo en la protagonista de la edición, sino también en la participante que más misterios acumula. Mientras algunos como Juan Miguel pierden un kilo por día -también traía muchísimos de más desde su casa-, la hija de Ortega Cano parece que no haya variado de peso. ¡Y eso que la comida escasea! ¿Cómo es posible que no le afecte? Pues cuestión de la genética, imaginamos, ya que no es la primera superviviente que consigue terminar su aventura sin haber perdido demasiado peso.

El caso más asombroso es el de Chabelita. A la vuelta de la isla, la hija de Isabel Pantoja había perdido la friolera de 100 gramos. ¡100 gramos! ¡Qué alguien llame a Iker Jiménez! ¿Cómo es posible que, tras muchas semanas comiendo casi nada, vuelva a la civilización casi como se marchó? Sin duda, Isa puede con todo. Incluso con el hambre. Será que el entorno Pantoja da mucha fuerza. Algo parecido les ocurrió a Raquel Bollo y Anabel Pantoja, que, aunque sin llegar a los extremos de Chabelita, claro.

El caso más espeluznante de todos fue el de la modelo venezolana Veruska Ramírez. ¡Incluso engordó! Claro que lo suyo no era por cosas de la naturaleza. La organización se enteró que la concursante se había dedicado a robar comida y acabó expulsándola. Si es que, ganar, no ganaría, pero su concurso acabó pareciéndose más a un resort que a otra cosa. ¡Así cualquiera se apunta a Supervivientes! Con lo duro que debe ser aguantar las penurias... Si no, que se lo digan a Rafi Camino, que volvió hecho un hombre nuevo. ¡Treinta kilos se quitó de encima!