Julieta, la hija de Gema Ruiz y su marido Juan Díaz, ya ha recibido las aguas bautismales. El bautizo tuvo lugar en la céntrica iglesia de San Antón, Madrid, y contó con dos padrinos de excepción, Paloma Cuevas y su marido, Enrique Ponce.

Paloma y Gema son grandes amigas por lo que seguro ha sido todo un honor para Cuevas ejercer el papel de madrina durante la celebración del sacramento.

La niña ha ido vestida con el mismo faldón crema que llevaron sus hermanos mayores en su día. Julieta llegaba muy despierta en coche y ya sujeta la cabecita con mucha firmeza. Aunque todavía es pronto para advertir algún parecido, nos da que ha heredado muchos rasgos de su discreto padre, que ayer posaba orgulloso de su hija ante los medios, pero sin robar el protagonismo a la pequeña y a su mujer.

Gema escogió para la ocasión un vestido gris perla con unos volantes y un tocado que recordaba, de manera irremediable, a los que llevaron las princesas Eugenia y Beatriz en la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton.

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Tampoco faltaron otras amigas de la familia, especialmente de Ruiz, como Fiona Ferrer que llegaba a toda prisa a la iglesia antes de que el Padre Ángel comenzara con la misa.

Julieta ya tiene cuatro meses y se la ve de lo más despierta y espabilada. Con la presencia de las cámaras la niña no se asustó y siguió posando como si Kate Moss se tratara. Otros habrían soltado alguna lágrima, un quejido o un ruidito de incomodidad. Julieta no, ¡ha nacido una estrella!

Su comportamiento el día del bautizo no fue una rara causalidad, resulta que la niña es buenísima, de esos bebés que no dan un ruido, o por lo menos eso fuer lo nos contó la madre, mientras miraba embelesada a la criatura. La princesa que siempre deseó tener en casa.

Gema además es madre de otros dos niños Alfonso e Íñigo, ya adolescentes, que seguro que andan como locos con la pequeña, como todos en la familia.  

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