Se ha acabado el teatro, la escenificación, el paripé. En definitiva, el buen rollo que han intentado vender desde la Familia Real. Estos días han trascendido unas imágenes que han evidenciado que la relación entre las reinas Letizia y Sofía no es tan fluida como se habría sugerido. El vídeo en el que Letizia intenta impedir una foto de la reina emérita con sus nietas ha dado la vuelta al mundo y ha convertido las redes sociales en un auténtico hervidero de comentarios, críticas, análisis y, cómo no, memes. Un bochornoso espectáculo real como antecedente de una comprometida escenificación de "aquí no ha pasado nada, circulen" con sonrisas forzadas y ensayadísima y artificial gestualidad distendida delante de los medios de comunicación y de los ciudadanos que se habían acercado a la catedral de Palma de Mallorca para ver a los reyes y su familia.

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Después del tenso momento protagonizado por la reina y su suegra, que se saldaba con un manotazo de rechazo de la princesa Leonor hacia su abuela, la Familia Real en pleno salía del interior del templo con el objetivo de encarrilar la situación. Cada uno de ellos, hasta las pequeñas Leonor y Sofía, se esforzaron por ofrecer estampas idílicas de familia unida y amorosa. La reina Sofía y la princesa Leonor dedicándose sonrisas y miradas tiernas, borrando el arrebato airado que le había dedicado minutos antes. Letizia y su suegra compartiendo confidencias en una charla animada y relajada, como si la monarca no hubiera merodeado entre ella y las cámaras para impedir que se retratara con sus hijas. Ni rastro del leve, pero fiero forcejeo que Felipe VI intentaba sofocar con gesto preocupante ante la mirada de enfado contenido de su padre.

Unas circunstancias que, por lo ocurrido justo después de la Misa de Pascua –que suponía la reaparición en familia de Juan Carlos de Borbón–, se antojaban cuanto menos hilarantes y hasta surrealistas. Nadie es perfecto, todo el mundo tiene derecho a tener un mal día y hasta en la Familia Real cuecen habas es lo que ha venido a constatar el choque de reinas. Todas verdades universales que asumidas, posiblemente, se hubieran ahorrado alargar más la situación en público. Porque, al fin y al cabo, los trapos sucios es mejor lavarlos en casa. Otro refrán que encierra no solo un gran consejo, sino mucha terapia si quieren evitar volver a mostrar su lado más humano e imperfecto.