El partido de anoche entre el Deportivo de A Coruña y el Athlético de Madrid encaraba sus minutos finales cuando Fernando Torres, en pugna por el balón, chocaba con violencia contra Álex Bergantiños e impactando contra el suelo a peso muerto. El jugador atlético quedaba tendido, inmóvil, sin responder a ningún estímulo. El estadio enmudecía y los espectadores desde sus casas retenían el aliento imaginando el peor de los escenarios. Por suerte, sus compañeros y el equipo médico actuaron con rapidez y el protocolo de primeros auxilios se llevó a cabo con precisión.
El jugador era trasladado rápidamente al Hospital Modelo de A Coruña, donde ha permanecido en observación toda la noche. Tanto Fernando Torres como todos los que nos quedamos impactados por los momentos de angustia que se vivieron en el estadio de Riazor, ya podemos respirar tranquilos. El jugador recibía este viernes por la mañana el alta después de que una resonancia magnética haya descartado que "no padece alteraciones ni lesiones traumáticas tras el golpe en la cabeza que sufrió este jueves en Riazor, tal y como determinó en un primer momento el TAC craneal y cervical al cual fue sometido el ariete rojiblanco ayer", según el comunicado emitido por el club rojiblanco.
Fernando Torres salía relajado y sonriente después de haber superado uno de los mayores sustos de su vida y mandaba un mensaje tranquilizador tanto a la salida del centro hospitalario como desde sus redes sociales. "Son cosas del fútbol, nos puede pasar a cualquiera. Se ha quedado en un susto y ya contando los días y las horas que me quedan para volver con mis compañeros", decía. El crack rojiblanco ha confesado que le ha pasado algo similar a otro golpe tremendo que sufrió hace años en un partido con la Selección, cuando no recordaba "nada de las horas de antes o después", pero "esta vez ha sido menos".
Después de este episodio, Torres, por recomendación médica, deberá permanecer "durante las próximas 48 horas en reposo deportivo".