Estamos acostumbrados a verla en su rol más fuerte y con las defensas vehementes de los temas que aborda. Sin embargo, la buena noticia que ha recibido este miércoles la ha puesto reflexiva y más emotiva que nunca. A punto ha estado más de una vez de romperse, pero con voz quebrada y aguantando las lágrimas, María Patiño ha anunciado en 'Sálvame' que ha sido absuelta de los cinco años de prisión que pedía para ella Julián Muñoz. Hace diez años el exalcalde de Marbella iniciaba un proceso judicial que ha tenido un feliz desenlace para la periodista. Muñoz tenía indicios de que Patiño le habría robado una carta manuscrita por Isabel Pantoja, durante su colaboración en '¿Dónde está corazón?'. Una guerra de fondo en la que María Patiño le ha ganado el pulso a un Julián Muñoz insolvente que no tendrá que hacer frente a las costas del juicio.

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María tuvo durante todo el miércoles muchos sentimientos encontrados. Por una parte estaba exultante por la confirmación de lo que ella ya sabía: iba a salir absuelta. Pero reconocía que esta noticia la ha removido más de lo normal y le "ha provocado lágrimas todo el día". "Me he hartado llorar", decía, pero no como consecuencia del miedo sino porque, "se me han venido a la cabeza muchas circunstancias que he vivido años atrás en mi profesión y la imposibilidad de contárselo a dos personas que no están a mi lado, que son mis padres", explicaba conteniendo la emoción. Su padre fallecía el pasado enero, cuando la presentadora hacía ya tres años que había perdido a su madre, por lo que ese regusto agridulce era totalmente razonable.

"Nunca entendí por qué me veía en esta situación", reflexionaba asegurando también la razón por la que se involucró tanto en el 'caso Malaya', "y me ha dado muchísima pena pasar por esta situación y no poder compartir algo que es una consecuencia de mi trabajo, pero que una vez más a merecido la pena".

"He quitado mucho tiempo a mi gente por dedicarme a esto", sentenciaba, "pero no he podido evitar ponerme a llorar, porque me da mucha pena que la vida sea a veces tan injusta. Y al final tengo que aprender que ni estoy para impartir justicia ni la vida tiene que ser como una quiere. En ese sentido, me revuelvo y lo paso mal".

La periodista le ha confesado a Jorge Javier Vázquez que su madre le decía "“no te metas ahí que no merece la pena”. "Si mis padres hubieses visto el titular me hubieran dicho: María, esto no merece la pena. Pero a mí me tiene que merecer la pena", ha concluido.