Carlos Vives y Shakira reventaron las listas de éxitos musicales el verano pasado gracias a su tema “la Bicicleta”, canción que además les hizo ganadores del Grammy Latino de su categoría. Pero el 2017 no va tan sobre ruedas para este dúo como la canción indica ya que una demanda por plagio ha sido admitida a trámite, dejando el éxito de los artistas en la cuerda floja.
Esta acusación no es nueva para la cantante, pues la hemos visto ya cuatro veces en los tribunales por el mismo asunto. Temas tan conocidos como Hips don´t lie, Loca o incluso Waka-Waka han estado bajo sospecha por ser demasiado parecidos a canciones que ya existían antes de ser un éxito más en la lista de la artista colombiana.
Pero Shakira no está sola. Son numerosos los rostros conocidos que, a lo largo de sus carreras, han sido acusados o condenados por plagio.
Artistas de la talla de Michael Jackson o Madonna, han sido culpados de hacer canciones habiéndose inspirado demasiado en otros temas ya existentes. No hace mucho, Rihanna se vio envuelta en una polémica parecida no por su música sino por las similitudes entre uno de sus videclips y los trabajos de un conocido fotógrafo que sintió que estaban utilizando su idea sin contar con él.
En el territorio nacional tenemos el famoso libro de la periodista Ana Rosa Quintana. La popular presentadora de televisión saltó al mundo de la narrativa en el año 2000 con un título premonitorio: Sabor a hiel, publicado por Planeta. La acusación de plagio de párrafos y páginas enteras copiados de tres libros era irrebatible y Planeta terminó retirando el libro.
La escritora Lucía Etxebarría publicó “Ya no sufro por amor” que contenía párrafos enteros del artículo "Dependencia emocional y violencia doméstica", del psicólogo Jorge Castelló. Lucía, lejos de amilanarse, declaró que esperaba que el escándalo impulsase la popularidad de su novela.