Tan solo un miembro de la familia de Meghan Markle estuvo con ella el día de su boda. Su madre, Doria, acompañó a la duquesa de Sussex desde los días previos al enlace. Mientras tanto, el resto de los allegados de la actriz se dedicaban, fundamentalmente, a boicotear su día más especial. Los trapicheos de su padre, la cara de su hermano y, por si le faltaba algo, su tía y su primero burlándose de ella desde la distancia. ¿No tenían nada mejor que hacer? La pobre Meghan no gana para disgustos...

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Si no había tenido bastante con los líos de su padre, Thomas, ahora Meghan Markle se ha encontrado con un nuevo escándalo a sus espaldas. Uno protagonizado, como no, por su familia más cercana. ¿Qué ha podido pasar que no conociésemos? Contando las perlitas que fueron soltando antes del enlace, todo puede ocurrir. Los Markle no se han tomado nada bien la boda de la actriz con el príncipe Harry y han tratado de arruinarla de mil maneras.

Mientras la joven se casaba en Reino Unido, las cámaras captaban a su tía Teresa y a su primo Nick, residentes en Florida, celebrando su propio banquete en una cadena de hamburgueserías. Mano a mano, los Markle que no habían sido invitados al enlace decidieron poner su toque 'royal' a la comida y aparecieron en público con coronas de cartón en la mano y en la cabeza. Un gesto demasiado poco casual para pensar que no lo tuviesen premeditado.

Tal y como informa Daily Mail, tía y sobrino habían estado viendo la boda en casa por televisión y, al terminar, habían decidido ir a picar algo fuera. Las mentes bien pensantes imaginarian que se trataba de un homenaje a la recién casa pero contando los escándalos del padre y los hermanastros de la actriz, queda claro que la intención no iba por ahí. Luego nos extrañamos que Doria acudiese sola al enlace. ¡Cómo iba a confiar en nadie más!