El lunes 23 de marzo nos abandonaba uno de los mayores iconos de la moda patria. Bimba Bosé dejaba a su familia rota de dolor por su pérdida. Y aunque su hija mayor, de 12 años, insistía en dejar de lado la tristeza y celebrar con alegría la vida de esta valiente mujer de 41 años, muchos de sus seres queridos no podían contener las lágrimas.

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El cuerpo de la modelo, que falleció en el Hospital Ramón y Cajal, donde había permanecido ingresada el último mes en varias ocasiones, fue trasladado al Tanatorio de La Paz, y ahí pudimos ver a la madre de la modelo, Lucía Dominguín, que llegaba arropada por su hermana y su hijo.

A pesar del dolor intenso que estaba viviendo, Lucía fue un ejemplo de entereza; a quien sí vimos quebrarse fue a la tía de la modelo, Paola. A su salida, al comparecer ante los medios, la también modelo acabó con los ojos llenos de lágrimas.

Olfo, hermano de Bimba, ha sido el mayor apoyo para su madre. El hijo de Lucía la ha estado arropando en este trance, y no se ha separado de su lado. En el interior del tanatorio, él ha recibido agradecido las muestras de cariño, y todas las condolencias de quienes se han acercado a brindar el último adiós a Bimba, aunque el funeral de la modelo tendrá lugar este mismo martes, a las 17:30, a través de una ceremonia que la familia ha pedido expresamente que sea íntima.