Estelle de Suecia, ausente en el bautizo de su prima Adrienne

La princesa, que había sido fotografiada llegando al Palacio, no ha aparecido por la ceremonia

Adriana de Suecia
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El bautizo de la tercera hija de Magdalena de Suecia y Chris O’Neill ha tenido lugar en la isla de Lovön. Adrienne es el nombre de la séptima nieta de los Reyes de Suecia. El bautizo de la pequeña, que coincide con el aniversario de boda del matrimonio, ha estado marcado por una sorprendente ausencia. También ha habido un pequeño susto con el desmayo de uno de los miembros de la Guardia de Honor.

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Flores, muchas flores. La decoración floral ha estado muy presente en el bautizo de la princesa Adrienne, representando la primavera sueca. Alrededor de las 11 de la mañana han empezado a llegar invitados a la iglesia del Palacio de Drottningholm, entre los que estaban amigos y familiares de Magdalena de Suecia y Chris O’Neill. Tampoco han faltado los representantes políticos, como el Primer Ministro sueco, que no ha acudido a la cita junto a su mujer.

Los primeros miembros de la Familia Real han llegado a las doce en punto, tal y como estaba previsto. Ha podido verse a Victoria, la heredera, con su hijo pequeño y con su marido, el príncipe Daniel. También llegaban Alexander y Gabriel, así como los príncipes Carlos Felipe y Sofia con sus niños.

Pero en la bonita estampa familiar había una ausencia muy sonada, la de Estelle. La princesa, que había sido fotografiada llegando al Palacio, no aparecía por el bautizo. ¿Qué había pasado? El diario sueco Expresseno explicaba que Estelle no había asistido a la ceremonia porque no se encontraba bien.

Después de que la madre de Chris, Eva O’neill, hiciera su entrada llegaban los Reyes de Suecia al son de las trompetas. La princesa Magdalena hacía su aparición envuelta en flores que cubrían su pelo y su vestido. Por su parte, Chris O'Neill entraba con una estética mucho más sobria y acompañado de los pequeños Nicólas y Leonore.

Tras unas palabras de Chris agradeciendo el cariño de familiares y amigos, el foco se ponía en los padrinos, una de las grandes novedades de la ceremonia junto a la decoración floral. Y es que ningún miembro de la Familia Real ejercía esta vez esa función. Eran cinco amigos los elegidos por los padres para ser padrinos de Adrienne. Junto a ellos, solo un familiar, la sobrina mayor de Chris, Anouska d’Abo.

Los más pequeños ponían el toque de humor a la ceremonia. Leonore, Alexander, Oscar y Nicolás se dirigían a la pila bautismal y vertían juntos el agua. Adrienne, la décima en la sucesión del trono, no derramaba ni una lágrima a pesar del remojón. El momento del sermón por el quinto aniversario de boda de Magdalena y Chris era el que hacía llorar a la pequeña. Ni siquiera Leonore lo podía aguantar: se quitaba los zapatos y empezaba a corretear por el suelo sin hacer caso a los invitados.

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