El pasado miércoles, Lydia Lozano vivía una de sus peores tardes en el plató de ‘Sálvame’. En pleno directo la periodista y Terelu Campos conocían la noticia de que la cúpula del programa se estaba planteando prescindir de ellas.
Envuelta en lágrimas, Lydia se derrumbaba ante un futuro en el que se veía en el paro y sin ser parte de 'Sálvame' después de ocho años unida a su historia. “Esto es una vergüenza, no me ha pasado algo así en los 30 años que llevo de carrera. Me siento fatal, me da vergüenza”, decía indignada.
A pesar del disgusto, estamos seguros de que la rubia se podrá reponer, pues no es la primera vez que se ha tenido que enfrentar a algo negativo a lo largo de su vida profesional en televisión.
El caso de la desaparición de Ylenia Carrisi, hija de los cantantes Romina y Albano, casi supuso el fin a su carrera periodística, pues once años después de la desaparición de la joven, Lydia Lozano afirmó en directo que ésta seguía viva. Su reputación cayó por los suelos y finalmente tuvo que admitir que no tenía pruebas para afirmar sus palabras.
Un caso que no es aislado en su carrera, ya que cuatro años antes no comprobó la veracidad de las declaraciones de un hombre –se trataba de un actor- que aseguraba haber sido amante de Paulina Rubio y, dando la noticia por buena, difundió la información, quedando su profesionalidad en entredicho.
Tras estos patinazos, la colaboradora consiguió recuperarse, pero la sombra de la sospecha siempre estuvo sobre ella. Otro de los momentos más complicados tuvo lugar cuando se enfrentó con Kiko Hernández. Después de que se sospechara que fue ella quien filtró que Kiko había pasado por un cáncer, algo que nunca se ha llegado a confirmar, Lydia optó por mostrar “poco interés” por su amigo para “que nadie pensase que yo había filtrado información”, una explicación que no convenció al ex Gran Hermano y que terminó en pelea.