Los realities son de quienes los protagonizan. Y por protagonizar no nos referimos a concursar, sino a destacar. Es importante resaltar de alguna manera y no pasar desapercibido, puede que esa estrategia estuviera bien para Sabrina de GH 2, pero ahora esos son los primeros en irse a la calle. Alba Carrillo conoce las reglas del juego y las ha empezado a usar desde que ha puesto un pie en Honduras. Pero su comportamiento en ‘Supervivientes’ nos resulta tremendamente familiar… ¿no le habíamos visto actuar del mismo modo en ‘Supermodelo’?

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Si fuisteis de los que se engancharon al talent show de belleza de Cuatro recordaréis que Alba no fue una alumna dócil. La madrileña hizo del conflicto su mayor baza y se convirtió en la agitadora oficial. Quizás su ‘bronca’ más sonada tuvo lugar con Paloma Bloyd (actualmente reconvertida a actriz y una de las últimas incorporaciones de ‘Cuéntame’), cuando le dijo con poquísimo tacto que “olía fuerte”. La por entonces estudiante de Publicidad contó delante de todas las compañeras que no podía continuar haciendo ejercicio debido al olor que desprendía la otra candidata a la modelo del año.

A la hora de hacer las pruebas se quejaba, y era de las que no podía desperdiciar la oportunidad de criticar a las otras chicas. Alba nos regaló infinitas horas de tensión y de drama, algo valorado positivamente entre la audiencia de un reality. No era gris, no estaba en el programa para ser de la masa. Destacaba. Ahora, y aliada de nuevo con el conflicto, parece estar siguiendo los mismos pasos que una década atrás.

Esta vez no ha tenido que tomarla con una de sus compañeras, trae a su némesis de casa: Lucía, su madre. A la mujer que le dio la vida le ha dicho que es “una losa”, “un lastre”, que tiene 50 años y se comporta como si tuviera 15, que se mete en todo lo que hace, que no le hable. Pero si no le hablara, a Alba se le acabaría el chollo, se le acabarían las peleas y el arañar minutos de oro. Bueno, dada la habilidad de Carrillo para encontrar camorra hasta debajo de las piedras, pronto la emprendería con otro superviviente… ¡menuda habilidad la suya!