Fue un arrebato de amor lo que hizo que Enrique Iglesias derribara el muro (también literalmente) que tiene siempre puesto alrededor de su vida privada. El cantante es muy discreto con respecta a su familia, pero desde que a principios de año nacieran sus dos primeros hijos está más feliz que nunca. El fin de semana pasado acabó de dejarse llevar durante un concierto en Budapest, Hungría, y le habló al público de lo mucho que quiere a sus mellizos y a su mujer, la ex tenista rusa Anna Kournikova.

Casi todos los cantantes de deshacen en halagos hacia su público cuando dan un concierto en directo. Dan las gracias y a lo mejor cuentan alguna anécdota. Pero Enrique debe de tener mucho amor acumulado y no pudo evitar gritar a los cuatro vientos su felicidad por su nuevo título de padre. "Me convertí en papá hace doce semanas y les puedo decir dos cosas: amo a mis bebés, los amo mucho", le confesaba a su público. Algo que no ha hecho con revistas ni con reporteros desde que nacieron sus pequeños, Nicolás y Lucy.

Pero Enrique fue más allá y, por supuesto, no podía olvidarse de la mujer que le ha hecho ser tan feliz desde hace 16 años. "De hecho, tres cosas: amo a mi chica. Y os amo a vosotros por estar aquí esta noche. Gracias por su lealtad", decía sinceramente a su público, que se deshacía en aplausos. Pero no es la primera vez que sabemos lo feliz que está. Aunque no hubiera hablado de sus pequeños hasta ahora, el hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler no se ha podido resistir a ir colgando fotografías y vídeos de sus hijos en su perfil de Instagram.

Hace muy poco, colgó un vídeo comiéndose a besos a uno de ellos. Y aunque no podemos distinguir todavía si se trata del niño o la niña, lo cierto es que la escena es de lo más preciosa. "¡No tengo suficiente!", se le oye decir en el vídeo mientras sigue besando la cara del bebé.