Primero fue Kiko Rivera (o un hacker, según él), el que anoche encendía Twitter estallando contra su hermana, a la que acusaba de no querer a la familia y de ser "maligna" con su madre.

Posicionándose claramente al lado de Isabel Pantoja, el DJ aseguraba que decir eso era "muy duro, pero más duro es ver a una madre llorar por la impotencia".

Horas más tarde, quizás arrepentido de lo que podía haber sido un 'calentón', aseguraba desde el mismo perfil de las redes sociales que alguien había accedido a su cuenta y que él nunca diría esas cosas de su hermana y que las dos "isabeles" son su vida. Justificaba esos mensajes asegurando que no había sido él y que había denunciado al culpable. Pero su pasado, cargado de reacciones acaloradas en la red social, sembró la duda sobre si realmente era 'inocente' de esas acusaciones.

Navidades... ¿felices?

Algo que cobraba aún más fuerza cuando María Patiño aseguraba esta misma mañana en 'El programa de Ana Rosa' que había hablado por teléfono con la propia Isabel Pantoja y que esta le había asegurado que "ya está todo controlado, ya está la niña en mi casa", algo que en el fondo no hacía más que confirmar que sí había habido una fuerte discusión en Cantora. Dolida, la tonadillera añadía, sin acusar directamente a nadie: "en un año y medio me la han estropeado" y agradecía a su hijo que estuviera incondicionalmente a su lado. "No me quedan años por vivir para agradecer a mi hijo lo que hace por mí", añadía.

"Por encima de todo estoy deseando que llegue el bebé", asegura la cantante, que se muestra públicamente al lado de su hija. Aunque haya aceptado una situación que el mismo Kiko Rivera reconoció en televisión que no había sentado demasiado bien en la familia, Isabel es clara: "Quiero que razone, hay cosas por las que no voy a pasar".