Ha sido una de las pérdidas más sentidas de los últimos tiempos. José María Íñigo no solo fue uno de los grandes de la televisión -historia en estado puro-. Fue un referente para muchas generaciones, un pionero en casi todos los sentidos, un profesional capaz de traspasar la pantalla en cada una de sus apariciones. Supo ganarse, incluso sin pretenderlo, el cariño del público. El mismo que, a lo largo de estos complicados días, ha hecho llegar a su familia el enorme respeto y admiración que sentían por él. Piluca, su hija, lo ha expresado en una emotiva carta que le ha dirigido a su padre...

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José María Iñigo, incinerado en la intimidad

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“'Con que no era grave', es lo que estará resonando en su interior. De haber sido enterrado, le habría gustado tener esto como epitafio. Pero nunca quiso saber qué pasaba. Solo si el bicho, como él lo llamaba, era bueno o malo”. Piluca, hija de José María Íñigo, nos ha dado a todos una enorme lección. Con entereza, cariño e incluso buen humor, ha recordado a su padre en una carta remitida al periódico El Mundo.

"La ola de cariño que levantó ayer su marcha transforma esa tristeza en alegría, felicidad y sobre todo orgullo. Algo bueno tuvo que hacer”. La huella de Íñigo no solo forma parte de la historia de la televisión, también de lo que somos actualmente. Él supo ver, desde su modestia, lo que venía y se adelantó. “Como siempre dice mi madre, Piluca: es que no sabes quién era tu padre y todo lo que hizo (…). Mucho de su poso lo llevo dentro. Me falta el bigote y sus ojos azules pero comparto su curiosidad, inquietud, afán por nuestro idioma y descubrir nuevos”.

Mis hermanos ayer me decían que sentían alivio porque ya había terminado este viaje. Pero yo seguía queriendo tenerle a mi lado, físicamente digo, porque en la memoria y recuerdo estará siempre; y de alguna manera, creedme que lo hago”. Tanto Piluca como sus otros tres hijos, Dani, Eduardo y Chemi, han estado siempre al lado de su padre. “Así es él, un hombre de pocas palabras pero justas, directas e inteligentes”.

“Tu 'estudio' siempre estará 'abierto'. Él 'no es un padre cualquiera' igual que sus días nunca lo fueron ni lo serán a partir de ahora. Si escucha lo que voy a decir, me mata porque siempre dijo que esto no se pide; pero este Aplauso no es para mí. Es, naturalmente que sí, para él”.