Primer día

Doña Letizia cumplía 43 años pero no tuvo tiempo ni para soplar las velas. La reina se encontraba de viaje oficial con su marido por Estados Unidos y solo podía pensar una cosa: cumplir con sus obligaciones. Unas obligaciones que la llevaron a no parar quieta todo el día.

Su jornada empezó con una visita al hogar del primer presidente de los ‘States’, George Washington, Mount Vernon, Virginia. Letizia y Felipe contemplaron cómo pasó sus años más felices uno de los padres fundadores de la nación y cómo había sido conservada la casa. Atendieron a toda clase de explicaciones y hasta charlaron con algunos actores que lucían los trajes característicos del siglo XVIII. En esta finca, en la que un día se cultivó tabaco, están enterrados tanto Washington como su mujer, por lo que es uno de los monumentos más visitados de todo el país por todos aquellos con sed de patriotismo y de historia.

Tras este paseo, los reyes tenían otra cita ineludible. Esta vez con el presidente actual de EEUU. Barak Obama, acompañado de su mujer, Michelle, los esperaba en la Casa Blanca ansioso por reunirse con ellos. Ambos matrimonios coincidieron hace un año cuando los reyes realizaron una visita a América con motivo del discurso que el rey Felipe ofreció en el edificio de las Naciones Unidas, en Nueva York. Tras saludarse, las parejas se dividieron, por un lado quedaron Barak y don Felipe charlando en el despacho oval, y por otro, doña Letizia y Michelle, que visitaron el huerto que la última ha plantado en el jardín de la residencia, una de las cosas de las que más orgullosa se siente.

A la noche llegó la cena en casa del embajador español. Letizia cambió el vestido blanco y negro de Varela que había llevado durante todo el día, para apostar por un dos piezas de tweed en azul marino y con botones dorados como cierre.

Segundo día

El segundo día tocaba conocer más a fondo Washington. Sobre todo, su universidad, Georgetown, y reunirse con los empresarios que día a día contribuyen al crecimiento de la ciudad.

Tocaba dividirse. El rey atendió a los empresarios en la embajada española en un desayuno organizado por la cámara estadounidense de comercio y por el ICEX. Por su parte, la reina se trasladó al centro universitario. Estaba especialmente interesada de conocer a los investigadores españoles. Con Carmen Vela, secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación y la presidenta de la Asociación Española de la Lucha Contra el Cáncer, e Isabel Oriol Díaz de Bustamente recorrieron las instalaciones del NIH (National Institutes of Cancer).

La cena tuvo lugar en la universidad. Letizia estrenó creación de Varela, hecha en tul bordado, con uno de los elementos que mejor funcionan en nuestra reina, las transparencias en brazos, espalda y pecho.

Tercer día

Y de Washington a Miami. Los reyes ya están en Florida, segunda parte de su viaje por Estados Unidos. El jueves estuvo dedicado a difundir la cultura española al otro lado del Atlántico, acudiendo a la inauguración de Festival de Cine Español de la ciudad de Miami. Pero antes, Letizia y Felipe asistieron a un acto celebrado en el Dade College, la universidad pública más grande del país. Se trataba de la apertura del curso y participaron en la conferencia inaugural. En todo momento han estado atendidos por el rector de la universidad, Eduardo Padrón, y por el alcalde de la ciudad, Tomás Pedro Regalado. Durante la ceremonia inaugural se les ha hecho entrega a los reyes de la Medalla Presidencial del Miami Dade College. El encargado de ofrecer el discurso de apertura de curso fue don Felipe.

El visita continuó conociendo la exposición de grabados del artista Pedro Menéndez de Avilés, que habían sido donados a la universidad.

La noche estuvo dedicada al Séptimo Arte. Doña Letizia es una gran aficionada al cine, por lo que este evento debió de ser especialmente interesante para ella. Los dos reyes inauguraron en el teatro Olympia el Festival de Cine Español de la ciudad de Miami. La película escogida para abrir la muestra ha sido ‘Cándida’ el primer film de Guillermo Fesser, que también estaba invitado a la ceremonia.

Cuarto día

La última jornada de los Reyes en los Estados Unidos transcurrió en la ciudad de San Agustín, en Florida. Se trata del segundo asentamiento europeo más antiguo en suelo norteamericano, después de San Juan en Puerto Rico. Felipe VI y Letizia pusieron el broche final a su viaje con una celebración de excepción: el 450 Aniversario de la fundación de la ciudad.

Los Reyes fueron recibidos por Nancy Shaver, alcaldesa de la localidad, con la que visitaron el Castillo de San Marcos. Allí, un grupo de voluntarios vestidos con trajes de época de la milicia de la Guarnición de San Agustín, también recibieron a los Reyes con salvas de cañón.

Desde el propio castillo los Reyes pudieron ver una réplica del Galeón San Pelayo, que a las órdenes de Pedro Menéndez de Avilés desembarcó en la zona llevando la cultura española a las tierras de Florida.

Además del Castillo de San Marcos, los Reyes visitaron el Lightner Museum para ceder un retrato de Menendez de Avilés, precsiamente, y la Casa del Gobernador, desde don Felipe VI se dirigió a los que allí se congregaban. De allí fueron a la Basílica Catedral de San Agustín y visitaron un monumento a la Constitución Española de 1812.

La jornada, y así su primer viaje oficial como Reyes a Estados Unidos, finalizó con un almuerzo en su honor con personalidades de la ciudad, la entrega del Premio Bernardo de Gálvez al presidente delegado de Ford y la inauguración del XX Foro España-Estados Unidos.

El viernes ponen rumbo a España y darán por finalizados unos días en los que han estrechado lazos entre los dos países.