El programa de ayer de ‘En la tuya o en la mía’ fue especial. Bertín Osborne y Fabiola se sentaron en uno de los sillones de casa, con el árbol de Navidad al fondo, y compartieron algunos secretos que nunca antes se habían confesado.
Por ejemplo, Bertín no sabía que el padre de su mujer la advirtió de su “peligrosidad”. El artista no daba crédito a lo que le estaba contado Fabiola, que relató cómo vivió su familia la primera vez que cenaron con el entonces novio de su hija. La madre de Carlitos y Kike contó que cuando se conocieron, fueron todos en el coche del cantante a cenar y que, al terminar la velada, su padre, con esa autoridad que tienen los progenitores, levantó su dedo índice y le dijo a la joven Fabiola: “Ten cuidado con ese hombre… le gusta mucho la velocidad”. Ella pensaba que le sacaría el currículum amoroso de su pareja, pero no, al caballero lo que más le importaba era la seguridad de su pequeña, y le parecía que Bertín era de los que le gusta pisar el acelerador.
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Osborne no conocía esta anécdota y se rió al imaginar la escena, ya que siempre resulta embarazoso conocer a los padres de tu pareja y ofrecer tu mejor imagen. El ‘crooner’ lo consiguió, sin embargo, hizo algo mal: meterle mucho gas al coche.
Pero no todo fueron risas. El matrimonio se emocionó al recordar el nacimiento de Kike. Los dos califican de “impactante” el momento en el que el médico les contó que el niño tenía una lesión cerebral. “En el hospital, después de dar a luz, me dijiste: ‘perdona, perdona, yo te quería dar un hijo sano’”, contó Bertín, algo que no recordaba Fabiola por el efecto de la anestesia. A los dos se les llenaron los ojos de lágrimas, pero ahora están convencidos de que la llegada al mundo del niño fue un enorme regalo para los dos, pues siempre aprovechan para recordar que les ha enriquecido y aportado muchísimo.