Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Cada vez queda menos de Mariah Carey en Nick Cannon. Fueron la pareja más almibarada y ahora mantienen las distancias. Nada queda de su amor, salvo el fruto de este, los mellizos Moroccan y Monroe. Pero, hasta hace unos días, Cannon tenía a su exmujer resoplándole en la espalda. No es que tuviera a la cantante pegada como una lapa, pendiente de cada movimiento que este hacía, no, tan sólo se trataba de su nombre, que el presentador de ‘America’s Got Talent’ se había hecho tatuar cuando la relación iba viento en popa. 

Para deshacerse de ‘Mariah’, Cannon tenía dos alternativas: una, borrar el tatuaje con sesiones de láser, doloroso y no del todo efectivo, y dos, tapar el nombre de su ex con un dibujo extragrande que lo cubriera por completo. La segunda ha sido la opción por la que se ha decantado. Así, tras 30 dolorosas horas con la aguja disparando tinta, Cannon ya puede decir que su ‘Mariah’ es historia.

 

Un Jesucristo hiperrealista en la cruz, al que no le falta ni la paloma representando al Espíritu Santo, ahora cubre su espalda. A cada lado del madero, dos ángeles que representan a sus pequeños, mientras que abajo se lee ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’, cerrando el bíblico tatuaje. Este laborioso trabajo será uno de los protagonistas del próximo número de Urban Ink, una revista dedicada al mundo de los tatuajes, en la que Nick presentará su nuevo aspecto.

Las malas lenguas han visto en este tatuaje una referencia al posible calvario que vivió el actor mientras estuvo casado con la diva del R&B… Nosotros nos quedamos con la idea de renovación, de olvidar el pasado y de pensar en un nuevo comienzo. Preferimos esta opción.