Pocos testimonios nos han tocado tanto como el del periodista Andrés Aberasturi. El libro de las despedidas, su última publicación, era la excusa para contar con su presencia en el Chester de Risto, pero, rápidamente, fue mucho más allá. Con la sensibilidad a flor de piel y una sinceridad abrumadora, Aberasturi narró la historia de su hijo, Cris, que sufre parálisis cerebral. El pasado, el presente, el incierto futuro, todo lo que ha ido ocurriendo en su vida a lo largo de los años. Una historia dura, por la que pasan muchos padres...

Artículo recomendado

Las lágrimas de Toñi Moreno por el hijo de Andrés Aberasturi

Toni Moreno  05

¿Tú sabes si Cris te ama?”. El clima que consigue crear Risto Mejide en sus Chester es algo muy complicado de encontrar en los tiempos que corren. Una conexión, un respeto que hace que sus invitados no duden ni un momento en abrirse ante el público, como si este, de hecho, ni estuviese. Uno tras otro dejan parte de ellos mismos en ese sofá y traspasan la pantalla para remover, en muchos casos, las vida de los demás.

Andrés Aberasturi se sentaba para ofrecer un testimonio crudo y, a la vez, repleto de calor. Una historia, la de su hijo Cris, que ha ido narrando en varios de sus libros. El joven, ahora ya de 30 años, sufre parálisis cerebral y el periodista se sinceraba con Risto. “No sé si me ama. Quiero pensar que sí”, confesaba ante las preguntas del presentador. “El secreto es vivir como sí. Si no, no tendría ninguna salida. Esto sería un infierno”.

El veterano periodista se mostraba más desnudo que nunca. “Cris vive una estafa, no una vida”. Dudaba a la hora de responder si volvería a tener a su hijo sabiendo lo que iba a ocurrir y se hacía la pregunta que muchos padres, sobre todo en esas situaciones, se han formulado. “¿Qué va a ser de él cuando yo falte?”. Aberasturi reflexionaba en voz alta y dejaba, en consecuencia, mudos a los presentes. “Hay un momento en que te preguntas qué va a ser de mí si me falta Cris”.

“Cuando yo me muera, Cris va a estar ajeno al duelo. Él va a dormir igual, va a ser igual, no le va a faltar nada. Pero si Cris muriese, cómo llenar ese vacío, ese silencio... Es mucho más complicado si Cris me faltara a que yo le faltara a Cris”. Risto le preguntaba qué sería lo que le diría su supiese, con certeza, que Cris le estaba escuchando y entendiendo. “Te queremos mucho”. La emoción se sentía en plató. También en las casas. Qué dura es la vida a veces...