Lo que no hizo Isabel Pantoja, lo hizo Dulce, su niñera, su mano derecha. Chabelita necesitaba las palabras de apoyo de una persona querida, y como el jueves pasado no entró por teléfono su madre, la joven ha recibido ese aliento de parte de otra mujer esencial en su vida.
Ella la llama ‘tita’, pero Dulce ha sido una segunda madre para ella. Por eso, en cuanto habló con ella se rompió. Después de saber que se quedaba sola con cinco hombres y que su amiga Suhaila era la expulsada, la llamada de Dulce cayó como agua de mayo. La llenó de energía, fuerza y coraje. Quería escuchar que lo estaba haciendo bien y que los suyos se encontraba en perfectas condiciones. Lo primero que quiso saber era si Albertito estaba bien. La ‘Tita’ le dijo que siempre la veían en la tele y que el “niño estaba para comérselo”. Chabelita le mandó besos para todos, para su hermano, sus amigos, su prima y, claro, para su madre. Para ella tuvo un mensaje muy especial. “Dile a mi madre que la quiero. Que la echo de menos. Que quiero verla”. Dulce quería que supiera que Isabel siempre la ve y que están todos muy felices con el gran trabajo que está haciendo.
Empieza ahora una semana complicada para Chabelita. Después de haber tenido sus más y sus menos con los chicos (Fortu ha dicho que la ha decepcionado) ahora tendrá que convivir con ellos, pero no se lo pondrán fácil. Por lo pronto, ya sabe que está nominada, así que los hombres no la quieren en la playa.
Suhaila fue la expulsada, y, tal y como deseaban Lola y Lucía, su paso por el palafito fue visto y no visto. La tronista se vuelve a Madrid con la sensación de haberse conocido un poco más y tener claro que su chico, el futbolista peruano André Carrillo, es el hombre de su vida. Ella dijo que se moría por verlo y deseaba con todas sus fuerzas regresar a su lado para besarlo, olerlo y estar a su lado. Ahora tienen por delante todo el tiempo del mundo.
El momento más divertido de la noche lo protagonizaron Christopher y Fortu, con sus ‘sorpresas’. Hasta Honduras viajaron María Luisa, la madre del primero, y Yoli, la pareja del segundo. La francesa quería entregarle al rockero la ecografía de su nieta Nirvana y después cubrió de besos a su hijo, que se ha revelado como uno de los mejores participantes de esta edición. Fortu y Yolanda después se escaparon a una tienda de campaña y ahí dieron rienda suelta a su pasión, que era mucha. Media hora que cada uno aprovechó como quiso y que sirvió para darle fuerzas a estos pedazo de concursantes que lo están dando todo por el programa.