Desde que se anunció la separación en septiembre del año pasado, Angelina Jolie y Brad Pitt han pasado por muchas fases en su divorcio. Tras el anuncio, empezó una guerra abierta llena de acusaciones por parte de Angelina que acabó con Brad teniendo que visitar a sus hijos con supervisión de un psicólogo.

Pocas semanas después, la pareja llegó a una entente cordiale por el bien de sus hijos: dirimirían el divorcio alejados de los medios y lo dejarían en manos de los jueces y los abogados.

El final cada vez parece estar más cerca. Angelina y Brad podrían haber recuperado la comunicación entre ellos y él estuvo con sus hijos en Camboya hace unos días mientras Angelina promocionaba su nueva película allí, inspirada por la adopción de su hijo Maddox y sobre el genocidio de los jemeres rojos.

El entorno de Brad había llegado a asegurar que el actor volvía a estar "feliz" y que había encontrado en la escultura un punto de fuga a sus problemas. Sin embargo, unas recientes imágenes del actor han mostrado que está lejos de haber superado la separación y los daños colaterales de esta. Con el pelo corto y visiblemente más delgado, Brad paseaba solo por Los Ángeles para ir a visitar el estudio de escultura donde recibe clases.

Si durante mucho tiempo fue Angelina la que preocupaba por su delgadez y aparente frágil estado físico, ahora es su exmarido quien ha levantado sospechas sobre su salud física y mental.

Su última película ha sido 'Aliados', junto a Marion Cotillard, un rodaje que estuvo marcado por la polémica pues Brad y la actriz francesa podrían haber mantenido una relación tras los focos. Brad está muy centrado en su faceta de productor cinematográfico y tiene dos proyectos como actor en cartera: la segunda parte de 'World War Z' y 'Máquina de guerra', una película bélica que podría justificar en parte el cambio físico del actor.