Está claro que Nagore Robles y Sandra Barneda están muy enamoradas porque ellas mismas se encargan de hacérnoslo saber a menudo. Aunque no son la típica pareja que se pasa el día subiendo fotos juntas en sus redes sociales, ambas suelen mostrarse su amor con indirectas y compartiendo con sus seguidores algunos de sus momentos íntimos. El último ha sido un desayuno muy dulce, no solo por su contenido sino también por la compañía.
Tanto la periodista como la colaboradora han subido a sus respectivos stories de Instagram, unas imágenes del mismo desayuno a base de frutas y café para dar los buenos días a sus fans. Parece que su amor sigue más vivo que nunca, ya que ambas aprovechan cualquier momento que tienen libre para escaparse y disfrutar juntas. Tailandia, Bilbao, Portugal... cualquier lugar les sirve para quererse, y ellas lo han hecho en todos estos.
A pesar de alguna peleílla puntual, Nagore y Sandra nos enseñaron hace poco su última escapada romántica. Presentadora y colaboradora pasaron juntas un fin de semana en Asturias, comiendo, riéndose y relajándose en un spa de la zona. Las dos nos dejaban fotografías y vídeos de su viaje express, que les sirvió para desconectar y recargar pilas antes de volver al trabajo.
Pero ni este desayuno ni la escapada por el norte son los dos únicos momentos que la pareja nos ha dejado ver de su romance. El pasado octubre, Robles y Barneda se atrevieron por fin a posar juntas en el photocall de la presentación del último espectáculo del Circo del Sol. Unos días después de aquello, la presentadora colgaba una imagen en Instagram declarando su amor a Nagore. "Al principio fue difícil compartirte... y más en un plató ❤️, pero qué hay que no superemos... siempre es un placer tenerte cerca", decía Barneda. En septiembre Nagore le devolvía esa declaración a Sandra en televisión. "Espero tenerte de por vida", decía la vasca en un vídeo promocional de la cadena.
Las dos están cada día más felices juntas y a nosotros nos encanta su historia de amor. Les deseamos todo lo mejor y que sigan contándonos, aunque sea a pinceladas, lo mucho que les queda por recorrer de la mano.