Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Y llegó el día. ’50 Sombras de Grey’ se estrenó en Berlín con un resultado desigual. La ficción de E.L. James congregaba en la Berlinale Special Gala a multitud de fans de la saga de novelas eróticas y a otros tantos escépticos de la calidad del film. Los primeros, felices por ver de cerca a las estrellas del film, aguantaron las horas de espera y el frío berlinés. Los segundos entraron en calor criticando todo lo que podía ser criticable de la película: su mal guion, el abuso de cursilerías, el poco sexo (curioso en una película que se las suponía con tintes eróticos) ¿Lo mejor para ellos? La dirección de Sam Taylor-Johnson, fotógrafa de formación y directora en los últimos años, y las actuaciones de sus protagonistas, que han hecho lo que han podido por salvar el texto.

 

Anoche, Sam, Dakota Johnson y Jamie Dornan se ponían sus mejores galas, pero también se enfundaban el chubasquero de las críticas, para que les resbalara todo lo que se empezaba a decir de uno de los films que han despertado más curiosidad mediática.

 

Johnson, vestida con un modelo negro de Dior, con profundo escote, cruzado en la zona del pecho, abotonado y de manga larga, no decepcionó en la alfombra roja. En los Globos de Oro pudimos advertir en ella un potencial que se ha confirmado en esta premiere, donde ha sabido llenar de elegancia y glamour la ‘red carpet’ de la Berlinale. La directora del filme llegaba luciendo un precioso vestido con la espalda al aire firmado por Stella McCartney. Lo hacía llegando del brazo de su marido, el actor Aaron Taylor-Johnson, con el que se lleva 23 años y al que conoció mientras rodaba con él como protagonista un biopic de John Lennon.

 

Otro que también llegaba acompañado por su pareja era Jamie Dornan. El protagonista de la película vivió el rodaje con un tremendo cargo de conciencia. El actor lamentaba no pasar el suficiente tiempo con su mujer, Amelia Warner, que en ese momento estaba embarazada de la primera hija del matrimonio. Él pasaba demasiadas horas ensayando, rodando y machacándose en el gimnasio para su personaje, y eso lo hacía sentirse terriblemente mal consigo mismo. Amelia, por su parte, le ha confesado a su marido que tratará de no ver el film. “No lo quiere ver. Ella me apoya en mi trabajo, pero no la pienso agobiar para que lo haga puesto que es su decisión. Amelia sabe que en la pantalla todo es fingido, pero probablemente no esté cómoda siendo testigo de ello”, le ha dicho el actor y modelo a USA Today.

 

Ahora tan sólo queda que la película llegue a los cines de todo el mundo para que el gran público pueda dar así su veredicto final. ¿Habrá merecido la pena tanta espera?