La vida puede dar un vuelto cuando menos te lo esperas. Un buen día, alguien se cruza en tu camino y decides replantearte tu existencia y poner patas arriba todo lo que pensaba que tenías controlado. A la abogada Cruz Sánchez de Lara le pasó cuando conoció a Pedro J. Ramírez. De repente, se vio unida a uno de los grandes nombres del periodismo de las últimas décadas hasta el punto de pasar por el altar en una ceremonia secreta. Ahora, ha querido romper su silencio y conceder su primera entrevista.
Hasta hace poco, Cruz Sánchez de Lara tan solo era conocida en el mundo judicial por su trayectoria profesional como letrada. Eso fue, claro, hasta que conoció al periodista Pedro J. Ramírez. La separación repentina de Agatha Ruiz de la Prada y la posterior boda con la abogada habían conseguido acaparar el foto mediático y, claro, su nueva pareja no podría ser menos. De un día para otro, su nombre formaba parte de la crónica social. Algo a lo que segura estar dispuesta, siempre que “no implique una falta de reconocimiento a mi trabajo”.
Sin que sirva de precedente, la abogada ha querido conceder su primera entrevista a la revista Vanity Fair. En ella habla de todo y de todo, de Pedro J. pero también de las consecuencias de la popularidad, sobre todo para las mujeres. “Debe de ser difícil que, después de haber estudiado toda la vida, solo te conozcan por tu marido”, asegura en referencia a la comparación de su caso con el de Amal Clooney. “Yo voy a un sitio con Pedro y soy su mujer, igual que cuando él viene a un sitio mío es mi marido”.
“He dejado de tener ese patrimonio tan maravilloso que es el anonimato”, asegura. “Y he hecho esa renuncia por el amor que siento por él. Eso lo compensa todo”. Pocas declaraciones de amor tan sentidas y emotivas como esta. Y es que lo suyo parece que va para largo. “Muchos amigos me dicen: 'Tú sabías dónde te metías'. Pues no. Yo solo me enamoré”. Tan fuerte fue el flechazo que decidieron pasar por el altar.
“No hubo fiesta, ni regalos, ni invitados, ni anillos, ni vestido blanco, pero fue la boda más emocionante y bonita que hubiera podido tener”. Está claro que a la abogada no le pesa el cambio que ha sufrido su vida en los últimos meses. No todo el mundo podría decir lo mismo. Aunque, claro, cuando es el amor el que nos lleva a tomar decisiones, ¿qué importa todo lo demás? Por el momento, Sánchez parece que prefiere permanecer en un segundo plano. La pregunta es: ¿lo conseguirá?