Con la boda superada, ahora Cristina Pedroche se enfrenta a la clásica (y pelmaza) pregunta, de “bueno, ¿y los hijos para cuando?”. Ella ya ha zanjado el tema dejando claro que “niños, de momento, no”. “Soy muy egoísta y quiero a David solo para mí”.

Ayer por la mañana, Cristina aterrizaba con muy mal pie tras haber viajado a la India por motivos de trabajo de su ya marido, David Muñoz. A su llegada al aeropuerto de Barajas la veíamos contrariada y muy agobiada por el revuelo que se había formado en torno a ella. Por suerte para todos, cuando llegó a casa, se quitó la indumentaria de viaje y llegó la tarde, Pedroche había cambiado completamente de actitud. Ahora estaba mucho más relajada, simpática y amable. Volvía a ser la Pedroche de siempre.

Y es que en el fondo, la presentadora sigue siendo aquella chavala que un día hizo un casting para un programa de la Sexta y resultó que la escogieron. La joven no entiende porqué genera tanta expectación cada cosa que realiza, si todo lo hace con la misma normalidad pasmosa de siempre. Y en eso podemos incluir casarse en el salón de su casa (no en el vestidor como se creyó), un sábado por la mañana con sus padres como testigos y en zapatillas de deporte.

Asegura que si ha contraído nupcias de esta manera ha sido por sus padres, especialmente por su madre, tímida y más retraída, y que lo pasa fatal cuando la siguen fotógrafos y cámaras. “No quería que ellos se sintieran mal, porque los padres de David son muy echados para adelante, pero los míos no, y no me gustaba que no estuvieran bien”.

Asegura que está encantada con cómo fue la boda, tal vez si hubiera estado su abuela, sí que habría hecho algo más grande por si a ella le hubiera hecho más ilusión, pero dadas las circunstancias, una ceremonia íntima fue lo mejor para todos.

Entiende perfectamente la controversia que ha generado el enlace. “Hay gente que dice que es cutre, pero también hay otros que me dicen que ojalá hubieran podido ellos hacer una cosa parecida”. Ya sabéis eso de los gustos…

Hoy 30 de octubre celebra sus 27 años, su primer cumpleaños como casada. Anoche, como festejo previo, el matrimonio salió a cenar y, de nuevo, un aluvión de flashes se desató cuando estos salieron del portal de su casa. La normalidad nunca había despertado tanta curiosidad.

cristina pedroche no quiere niños de momento