La vida del artista es caerse y volverse a levantar. Pelear duro por lograr su sueño, en este caso, triunfar en la música. Cristina López lo intentó hace 9 años en los castings de ‘Factor X’ pero fracasó. Esto no la hizo rendirse. Desde entonces ha vivido de la música como cantante de orquesta, y en una de ellas conoció a su actual pareja, Roi.
Esta asturiana que vive en Galicia ha recorrido la geografía española derrochando energía y chorro de voz. Su pelo rosa se ha movido por las verbenas más concurridas y ha hecho bailar a todo el que la ha visto actuar en directo, pero en las audiciones del talent se enfrentó a una audiencia especialmente dura. Ella lo hizo lo mejor que supo. Se dio por entera. Cantó y bailó, transmitiendo buena ‘vibra’ y adueñándose de la X. Pero no convenció a todos los miembros del jurado.
“Las orquestas son peligrosas”, le decía Fernando Montesinos, “te pueden comer si no mantienes tu instinto”. Lo que le quería decir era que, en esa profesión, se adquieren una serie de vicios musicales que resulta complicado eliminar cuando pasas a un nivel más profesional o cambias de estilo. “Ella ha cantado como un autómata, no transmites lo que se transmite a través de la sencillez”.
Risto la ha defendido de este ataque. “Me da igual tu pasado, aquí estamos para juzgar tu presente y tu futuro”, pero dejó al jurado y a la participante mudos cuando le clavó un “para mí es un no”, en cambio, Montesinos, le quiso dar una oportunidad, “yo le doy un sí”, igual que hicieron Xavi y Laura Pausini, que se quedó con la incertidumbre de saber si será capaz de brillar.
Ahora queda lo más difícil, deslumbrar en las galas. Esto solo ha sido una parte del camino, pero si algo ha demostrado Cristina a lo largo de estos años es tesón, esfuerzo y talento. Además, tiene a su mayor fan en casa, Roi, que no deja de repetírselo.