Cada año, la Lotería de Navidad apela a los buenos sentimientos y pone toda la carne en el asador para conectar con lo mejor de nosotros y emocionarnos. Este año vuelven a acertar con un anuncio que te hace llorar desde los primeros segundos. Porque hay que ser muy duro para no derrumbarte con la historia de Carmina, la maestra jubilada que, tras ver las imágenes antiguas de un sorteo de Navidad, se cree que su número ha sido el afortunado con El Gordo y corre a celebrarlo con su familia y los vecinos de su pueblo. El malentendido de Carmina no es un simple error, sino que es fruto del alzheimer. Este año, el sorteo no solo vende ilusión, sino que visibiliza con respeto y emoción la realidad de las personas que padecen esta devastadora enfermedad y la de sus familiares.
La que nos emociona metiéndose en la piel de Carmina tiene una salud mental de hierro y se llama Pilar en la vida real. Ésta ama de casa, asturiana, de 84 años, no se había puesto jamás delante de una cámara, pero parece que lo haya estado haciendo toda su vida, dado el verismo que insufla a cada gesto, cada palabra y cada emoción. Pilar está divorciada y es una abuela amante de sus nietos y de su familia. Seguramente, hace unos meses, le dicen que protagonizará el anuncio de la Lotería de Navidad y se echaría a reír incrédula, pues nunca se le pasó por la cabeza. Todo hay que agradecérselo a uno de sus nietos que la animó: "Abuela, tú que eres tan salada, ¿por qué no te apuntas a algo de eso?", informa Ane Olabarrieta en El Español. Y con su desparpajo y su carácter afable, Pilar "barrió" literalmente al resto de competidoras. "Lo enrollada que es unido a la facilidad que tuvo para aprenderse el guión y las pautas de rodaje, hicieron que el director no tuviera dudas en saber que iba a ser ella la elegida", declara la directora de casting.
Suerte de esa 'casualidad' que podemos emocionarnos con ella en un anuncio que vuelve a recuperar lo mejor de este clásico navideño. Ahora a esperar a que se reparta suerte el próximo 22 de diciembre.