“Yo trabajé cocinando y haciendo cosas en la casa de Rocío Jurado”, aclaraba Brígida, la última trabajadora de hogar que ha salido a la palestra. Visitaba ‘Sálvame’ para aclarar todo lo aquello que vio y vivió trabajando para la La Más Grande, confidencias que no dejan muy bien a muchos miembros de su familia, especialmente a su viudo, Ortega Cano, y a Rosa Benito.

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“Yo trabaja en la casa y vi a Rosa Benito tres veces”, contaba Brígida. “Por gestos que me hacía a mí, como que a la cuñada…. No… mucho”, contaba de Rosa. “Yo no digo que sea una falsa, pero los gestos que yo vi no son como para ahora decir ‘mi cuñada era, mi cuñada era’”. En el epígrafe del programa, se lía “cuando Rosa la peinaba antes de las actuaciones me miraba a mí y se mordía los labios como diciendo ‘no la aguanto’”. Brígida cree que a ella, como empleada que era, Rosa no debía haberle hecho esos gestos.

Además, la profesional de las tareas domésticas ha asegurado que las peleas entre Rocío Carrasco y Antonio David eran tan excesivas que un día hasta llegaron a romper una estatua de la artista que había en casa. Según ella, tras una discusión, la mano de la figura que representaba a la de Chipiona, acabó rota. ¿Cómo? Todo un misterio, Brígida lo único que alcanzó a entende es que para la Jurado “Antonio David no era santo de su devoción”.

De Ortega Cano apunta: “él y Rocío no tenían una relación tan bonita como la que se habla en la tele. No me agrada (…) Yo presencié algunas discusiones.. por problemas en el matrimonio, algunas eran cosas gordas como ‘el agua con misterio’”.

Para la que tiene nada más que palabras buenas es para Rocío Carrasco, a quien define como una chica “natural y sencilla”, que mantenía muy buena relación con su madre y con sus hermanos pequeños, a los que, incluso, protegía. Según Brígida, la Jurado tenía a Fidel en alta estima y no cuando este y su hija tuvieron el accidente continuaban llevándose bien.