Habla de presentimientos, sensaciones. Carmen Lomana no puede explicar con exactitud el pálpito que sentía y que le decía que era necesario que estuviera en Madrid la primera semana de junio. La ‘socialité’, en una carta publicada en el diario La Razón, habla sobre el profundo pesar que siente ahora que ya no tiene a Fefa a su lado, a su querida madre. "Cuesta sentirse huérfana, perder la referencia más importante de tu vida. Con ella siempre tuve una confianza infinita superior a la de una madre”, escribe.

"Mi instinto me decía que tenía que estar aquí la primera semana de junio no puedo explicarles el por qué, pero tenía un presentimiento y miedo de que a mi madre le ocurriese algo y efectivamente así ha sido". Estas líneas han servido para que Carmen se despida de la mujer que más la marcó y que todos comprendamos un poquito mejor cómo debe sentirse en estos momentos, en los que trata a hacerse a la idea de que ya no la tiene a su lado.

Fefa falleció el pasado lunes 15 en la residencia de León en la que permanecía ingresada desde que el alzhéimer se cebó con su memoria. Hacía tan solo unos días, Carmen había acudido a visitarla y a estar con ella. Fue una de las primeras visitas que hizo nada más volver de Honduras. Y gracias a que estuvo con ella, pudo despedirse y darle todo su cariño. De otra manera, habría sido imposible.

Carmen concluye su carta llena de palabras de cariño y amor con estas líneas: "Desde aquí quiero hacer un homenaje a la mujer brillante, gran anfitriona, que era una fashionista de su época pues adoraba la moda y tenía un gusto extraordinario. Esa Fefa es la que quiero recordar siempre y de la que tan orgullosa me he sentido y siempre estará en mi corazón. Mi madre".