Blanca Cuesta celebra sus 40 años con toda la familia unida

blanca borja tita thyssen

Por MASSIMA POTENZA

 

Atrás quedaron los tiempos en que se tiraban literalmente los trastos a la cabeza, pero está claro que no hay nada más fuerte que el amor de una abuela por un nieto, aunque en este caso hayan tenido que necesitarse tres para que la baronesa olvide rencillas o, al menos, haga un borrón y cuenta nueva. Blanca Cuesta celebraba el jueves su 40 cumpleaños, una cifra redonda que merecía la felicidad al completo y una foto que lo atestiguara porque, haciendo acto de constricción, la mujer de Borja había anunciado que no quería nada para ella. “El mejor regalo ya lo tengo”, Kala, su niña que aún no ha cumplido el mes de vida.

 

Con un vestido en tonos rosas de corte hippy muy corto dejando ver sus piernas aún morenas, Blanca recibía a las puertas de una conocida galería de arte de Madrid a los invitados a su fiesta. “Los niños se han quedado en casa. Los niños y la niña”. Decía a la prensa muy contenta de especificar porque tras tres varones, Sacha, Eric y Enzo, vino las niña.

 

Para ellos eran todos los presentes porque, para ella, el mejor regalo, “la llegada de nuestra princesa”, ya había llegado. Así, los invitados irían entrando la galería con bolsas y paquetes donde se podía leer “niño” o “niña”, pero aunque pudiera pensarse que eran para los hermanos pronto nos aclararían que no.

 

Y hasta la Baronesa cumplió la “sugerencia” de la nuera de sus desvelos, quizás equivocada como los reporteros y fotógrafos. También es verdad que en este caso, lo de cumplir la petición de solo regalar a sus nietos, es una empresa fácil. Y eso que Tita Thyssen fue invitada personalmente por Blanca a la fiesta y, dejando claro que una abuela hace cualquier cosa por los hijos de sus hijos, acudió, sonrió y posó. Con un vestido en dos piezas, cuerpo y falda, en negro eso sí, aunque aderezado con un bolso joya en rojo. Y no lo haría sola. Estuvo acompañada de Manolo Segura, padre de Borja.

 

Además de los padres de él, los padres de ella con quien posaron en otra tanda, que tampoco hay que pasarse con el momento happy. Y para que la fiesta fuera una fiesta de verdad y no un encuentro de Montescos y Capuletos, muchos amigos de la pareja como Palomita Segrelles, Fiona Ferrer, Susana Uribarri, David Meca, Bruno Gómez-Acebo y su mujer, Bárbara… Incluso el Padre Angel. Él era la razón de aquellos regalos sin nombre. El matrimonio colabora activamente con el sacerdote y todos esos regalos servirían para apoyar su campaña “juguetes para todos” para que a ningún niño le falten sus Reyes estas Navidades.

 

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