Bimba Bosé sigue plantándole cara a su enfermedad. La cantante, que reconocía recientemente que las palabras ‘cáncer’ y ‘metástasis’ no le daban miedo, sigue al pie del cañón sin rendirse y sin dejar de sonreír.
Con una camisa sin mangas con estampados orientales que se anudaba a la cintura, un pantalón pitillo en color negro y unas graciosas manoletinas moteadas, la artista acudió a un evento en el NAÔ Pool Club en Marbella, en el que, junto a su novio Charlie, se encargó de animar ayer el recinto con su música desde la mesa de mezclas.
Bimba se está sometiendo a un novedoso tratamiento hiperbárico que se emplea como refuerzo para muchas enfermedades. La modelo está poniéndose en manos de un centro en Estepona, en donde practican ésta avanzada técnica que suministra oxígeno puro a quien lo prueba durante una sesión que viene a durar unos 80 minutos.
La cantante está demostrando sus ganas de vivir, y por ello, no deja de trabajar y de luchar. “Estoy convencida de que me voy a curar. Porque quiero vivir”, decía recientemente en una entrevista. La cantante acaba de mudarse a una nueva casa en Sotogrande junto a sus hijas y su novio, que están siendo un gran apoyo en este duro momento en su vida.