"Soy un 'venao' que digo unas barbaridades…"

Bertín Osborne tiene ofertas para entrar en política

Bertín Osborne y Fabiola

Hace unos meses, volvieron a dar un susto a Fabiola. Su padre pasaba unos días con ella en casa y una mañana le comentó que sentía alguna molestia en el vientre. Fueron al médico y le diagnosticaron un cáncer de próstata avanzadísimo. Pero la vida, la naturaleza, el cielo, lo que sea, se confabuló a su favor, y todo está controlado. A Kike también le han controlado las crisis epilépticas y sólo le queda frenar a su marido, a Bertín, para que no se meta en política que hasta tres partidos se lo rifan. Porque ella es la valiente, dicen, pero él es el que tiene el empuje y, a veces, como “un venao”. Gracias quizás a que son cada uno la cara y la cruz de una misma moneda y que la aleación metálica es perfecta por el amor a su hijo, funcionan también. Un año más su fundación será una de las beneficiadas de la galas Global Gift que organizan Eva Longoria y María Bravo en Marbella, un dinerito que les vendrá de perlas para acometer nuevos proyectos y talleres en su Fundación porque, aunque ellos tienen el problema, como dice Fabiola “en realidad, somos unos privilegiados”.

 

¿Cómo está tu padre, Fabiola?

F: Mucho mejor. Un milagro, la verdad.

Un susto grande ¿no?

F: Es que los hombres cómo sois… Y él, mi padre, que es mayor, y que ha trabajado mucho, y muy duro, tenía asumido que el dolor forma parte de la vida y no se quejó nunca. Así que, qué sé yo el tiempo que él notaría molestias y que estuvo callado. Cuando lo dijo, el tumor estaba extendidísimo…

¿Qué dijeron los médicos?

F: Que el tumor ni tocarlo. Así que le hicieron un tratamiento hormonal de bloqueo y ha sido como mano de santo, el índice tumoral que él tenía en un 4.000 y pico, cuando lo normal es de 0 a 4, le ha bajado a un 2,2…

Qué alegría

F: Sí, muchísima.

Ahora volvemos a centrarnos en batallar con la fundación…

B: Es que las fundaciones existen porque alguien no hace su trabajo. Las fundaciones las hacemos las entidades privadas o personas físicas y estamos en precario casi todas, así que sufrimos la quina para poder llevar a cabo lo proyectos que interesan. La nuestra no es una excepción. Estamos todo el día inventando la manera de sacar adelante todo lo que se le ocurre a mi prima (por Fabiola) y una ayuda como la de Global Gift nos arregla el presupuesto del año.

¿No tenéis ninguna ayuda administrativa?

F: En un proyecto en concreto contamos con una ayuda del Ministerio de Sanidad, pero la partida es muy pequeña y no da para cubrir el proyecto completo.

B. En cierta medida yo lo entiendo porque si te pones a sacar un listado de fundaciones en este país somos miles y ¿por qué están ahí? Porque la administración no llega a conseguir lo que nosotros poniendo un granito de arena detrás de otro sí conseguimos. Lo que pasa es que también hay muchas cosas que nosotros hacemos que los gobiernos podrían hacer perfectamente si tuvieran la voluntad de hacerlo, si no robaran tanto y si fueran decentes…

Quizás también porque el que padece el problema siempre es mucho más sensible, para los demás es una partida de dinero más o un problema más…

B: Si desglosáramos los presupuestos de las administraciones fliparíamos con las partidas que hay multimillonarias para cosas que son de coña. Y vamos a parar aquí que me estoy calentando (risas)

¿Fabiola, qué trabajo desempeñas en la fundación?

F: Tenemos muy claro lo que queremos hacer y es trabajar en función de las demandas de las familias. Por eso llamamos talleres a nuestros proyectos, porque los padres no van a escuchar, van a aprender técnicas para sobrellevar mejor una situación que no es fácil. Mi función es la de, a través de las necesiades de las familias, intentar llegar más allá, ampliar más la atención, apoyarlos más… De ahí por ejemplo el taller médico, porque es el punto de partida, muchos padres no avanzan porque en el diagnöstico les dijeron que no había nada más que hacer. Y el asesoramiento jurídico, es patrimonio protegido, es decir, cómo ayudarles a dejar a los niños organizados el día que faltemos, que eso es algo que nos preocupa mucho a los padres. Mi misión es responder a sus preguntas porque hoy por hoy no es que nadie no te ayude, es que no hay donde informarse siquiera de dónde te pueden ayudar…

¿Quique sabe sobre vuestro trabajo?

F: Es consciente de que vienen niños a casa, de que estamos con papás y mamás, pero no es consciente de ello, ni siquiera es consciente de lo que él mismo genera en mucha gente. Mira, por ejemplo, yo conservo las cartas que nos enviaron cuando estábamos en el Hospital de La Paz, él era recién nacido, para que el día de mañana, cuando tenga conciencia, las pueda leer.

¿Cómo está él?

F: Está genial. De salud está fenomenal. Últimamente, nos hemos vuelto otra vez a La Paz donde nació y le han estabilidado las crisis epilépticas que era lo que más nos preocupaba.

Oye, ¿y de donde sacáis tantas fuerzas y tanto optimismo?

F: Uff a veces yo me pregunto lo mismo…

B: Hay bajones, pero son momentáneos… pero como tienes tanta gente detrás, tanta gente que te pide ayuda, tanta gente que te apoya, que no te puedes parar. Y luego, está esta máquina (por Fabiola)

F: A mí ver a Quique evolucionar me da mucha fuerza y sentir que ayudo a otras madres en mi mis situación me hace no quererlas defraudar. Veo lo que ellas se esfuerzn, lo que luchan… Porque en realidad nosotros somos unos privilegiados, tenemos medios, pero hay muchas familias que no tienen y no pueden…

Me da que Fabiola es más valiente que tú, Bertín…

B: Mucho más.

F: Qué va, yo sopeso mucho… Bertín es un kamikaze.

B: Ella es más consecuente y organizada. Yo soy un 'venao' que digo unas barbaridades… Y formo unos líos….

F: Valiente  no es el que sopesa, es el que se tira.

Pero tú lo tienes que frenar, me da la impresión…

B: Bueno, no sabes, me agarra del cuello…

F: Más bien, tengo un máster en psicología. Contigo, la fuerza no vale, mi amor.

B: Es que yo me caliento en seguida. Me hierve la sangre cuando veo las injusticias, o cosas que se podían hacer mejor y no se hacen por desidia o por racanería… entonces, me enciendo y soy un animal.

¿Con lo que tú eres Bertín, no te metes en política?

B: Claro que se me ha pasado pro la cabeza. Y me lo han ofrecido muchas veces…

F: Zapatero a tus zapatos… A ver, él como portavoz del pueblo, hace un trabajo estupendo, pero no serviría como político. Para ser político profesional no vale cualquiera. La gente está tan decepcionada por lo que ha pasado que se cree que cualquiera puede hacer política, y no todos servimos para eso. Para ser ministro se tiene que saber. NO vale con inventarse cosas que luego no se pueden llevar a cabo.

Quizás por eso ¿no? La gente está decepcionada del político profesional….

F: Ya, pero no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco. Hay que señalar a quien lo ha hecho mal, como pasa con los médicos o los abogados.

Pero, Bertín, ¿has tenido oportunidad de estar en una lista?

B: Me lo han propuesto tres partidos políticos distintos, pero yo no lo haría porque no iba a robar nunca… Y si eres un político honrado se gana poco dinero y yo necesito más para vivir… (risas) Pero sí que me lo pide el cuerpo…Te voy a contar una cosa que no sabe nadie… Ni tú, Fabiola. Ha habido un grupo de empresarios muy conocidos y muy fuertes que me han dicho: cuánto dinero necesitas para presentarte, que te ayudamos. Y eran diez de los empresarios más importantes del país.

F: ¿Y no había ninguno de ellos que quisiera poner la carita?

B: Ellos quieren que la ponga yo, y que me la rompan  a mí (risas).

Oye, ¿y cómo va tu programa en TVE? ¿Se estrena?

B: Ayer grabé el sexto. Adolfo Suárez, un gran amigo y una persona maravillosa. Una entrevista increíble. Nos contó muchas cosas muy bonitas y muy especiales.

¿A quién te gustaría entrevistar, Bertín?

B: Yo creo que la mejor entrevista para hacer es a Felipe González. Le tengo un cariño personal muy especial, es un tipo que ha evolucionado para ser una persona de referencia dentro del mundo de la política actual.

¿Estás al tanto de lo que le ha ocurrido en Venezuela?

B: Estaba preparando las maletas para irse y le dije: no te van a dejar ver a Leopoldo. Y le desee que tuviera mucho cuidado porque yo tengo muchos amigos allí y algunos de ellos, concretamente metidos en el Gobierno a un nivel más o menos importante y me cuentas algunas interioridades, y yo sabía que le iban a buscar un problema. Y se lo dije. El me contestó que se iba a quedar en la residencia del embajador… La semana que viene hemos quedado. Quiero saber por qué fue a buscarle un avión de Colombia para sacarle de ahí… Felipe tiene toda mi admiración y todo mi cariño. Es un gran tío y está haciendo lo que debieran hacer muchos políticos responsables.

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