El 25 de diciembre llega a nuestros cines ‘Palmeras en la nieve’, la producción en habla española más grande de los últimos tiempos. Un filme de época protagonizado por Mario Casas, Berta Vázquez, Adriana Ugarte, Macarena García y Alain Hernández, basada en la exitosa novela de Luz Gabás y dirigido por Fernando González.

Rodada entre Colombia, Huesca y Gran Canaria, los protagonistas se trasladan a la colonia española de Fernando Poo (actualmente Bioko), isla de Guinea Ecuatorial, de la segunda mitad del siglo XX. Allí, surge una historia de amor imposible entre Kilian (Mario Casas) y Bisila (Berta Vázquez) en un complejo ambiente de tensión, violencia y falta de libertades.

A pocos días de su estreno, los actores y el director del filme han presentado esta gran producción que ha reportado muchas satisfacciones a sus protagonistas. En especial a Berta Vázquez y Mario Casas, ya que su historia de amor ha traspasado la gran pantalla y ahora llevan un año y medio de feliz relación. Y es que como explica la propia Berta, la “química y complicidad” existente entre ellos se nota dentro y fuera del filme. Mario ve en su chica –que ha debutado como actriz con esta película- “una revelación, con un talento joven y fresco” y pronostica que “se comerá el mundo”.

Estreno Palmeras en la nieve

BERTA VÁZQUEZ
Debutas en el cine y lo haces en la producción española más grande de los últimos tiempos, ¿cómo te sientes?
Privilegiada. Soy consciente de que hay mucha gente que estudia interpretación desde pequeños y se pasan toda su vida luchando por estar en una película así, y en mi caso, sin prepararme, sin buscarlo casi, sin lucharlo, la vida me ha puesto esta película en mi camino y con la suerte de hacer un papel protagonista. Me siento muy afortunada.

¿Cómo recuerdas el momento en que te dijeron que ibas a ser Bisila?
Estaba trabajando en un trabajo que odiaba, de modelo en un showroom donde nos tenían bastante explotadillas. Allí estaba, se me hacía el día eterno, cuando me escribió mi representante. Al darme la buena noticia, salí del cuartito donde estaba y grité a los cuatro vientos que iba a hacer una película y que por fin abandonaría ese horrible lugar. Salí a la Gran Vía, era por la noche, las luces de los teatros estaban encendidas, me quedé como en shock. Me senté en la escalera de un teatro y llamé a mi madre. Sentía que mi vida iba a cambiar.

¿Y cómo te ha cambiado la vida?
Por una parte, con ‘Palmeras en la nieve’ he aprendido en que consiste esta profesión, ser actriz. Y me ha cambiado la vida porque de repente llevo un año dedicándome a la interpretación cuando hace dos años trabajaba en lo que me saliera.

¿Cómo definirías ‘Palmeras en la nieve’?
Es una película épica, tierna, emocionante y mágica. No deja indiferente a nadie.

¿Qué tienes tú de Bisila, tu personaje?
Me queda mucho para ser como ella. Me encantaría tener esa serenidad que tiene ella y esa paz y mirar a todo el mundo por igual. Estoy en el camino.

La química entre Bisila y Kilian (Mario Casas) es de lo mejor de la película, ¿tú también lo ves así?
Sí. Era algo imprescindible. Si no la hubiera habido, Fernando jamás nos habría elegido como pareja de la película. Hay química, complicidad y sobretodo ambos estamos enamorados de nuestros personajes.

¿Qué te ha aportado esta película?
Ha sido un gran aprendizaje. He aprendido a interpretar el paso de los años, como pasar de ser una chica joven a una madre, he aprendido a interpretar el amor y el desamor, han sido tantas cosas… una vida entera. Te tienes que enfrentar a tantas cosas delante de la cámara que ha sido como un master.

Bisila es un personaje muy distinto al que haces en ‘Vis a vis’, donde interpretas a Rizos. Ahora que has probado los dos medios, ¿qué prefieres cine o televisión?
El cine. Porque trabajas de otra manera. En la televisión el ritmo es frenético, no te da tiempo a prepararte profundamente a un personaje, no conoces la historia de principio a fin, en fin, son otras condiciones. Y el cine es una vida corta, intensa, pero tienes tiempo para prepararte y ser otra persona.

Y al ser nueva en el mundo de la interpretación, ¿Mario te daba consejos cuando rodabais la película?
No, y eso me parece un gesto de mucho respeto hacia mí. Es como decir: si estás aquí es porque tienes capacidad para hacerlo bien, yo no soy más que tú para darte consejos.

¿Y tampoco se los pedías tú?
Tampoco. Él tiene una manera de trabajar preciosa, es una persona muy generosa con sus compañeros, es muy profesional y a veces, cuando tú ves a una persona extra concentrada no hace falta que te diga nada, solo sabes que tienes que intentar hacer lo mismo.

¿Tienes nuevos proyectos?
De momento la segunda temporada de ‘Vis a vis’.

La música y la danza también son tus pasiones. ¿Por ahora, las tienes aparcadas?
La danza fue mi pasión de adolescente. Me pasé mi adolescencia entera en una escuela de baile haciendo clásico, hip-hop, de todo y pensaba que iba a ser bailarina, pero luego la vida te lleva por otros sitios. Y la música es una cosa que me gusta desde pequeña, me gusta componer y me gusta cantar en mi casa, no quiero ser Madonna ni Beyoncé aunque si algún día grabo un disco y hago conciertos seré feliz. Me encantaría, sigue siendo mi pasión, pero yo me dejo llevar porque creo que las cosas llegan cuando tiene que llegar. Aunque yo sigo con mi guitarra y mi piano en casa.

¿Qué harás estas fiestas?
Estar tranquila en casa, tiempo relax, de cenar en familia, de ver películas en casa y de ir al cine el día 25 con mi madre para ver la película, y descansar.

¿Qué opina ella de tu interpretación en ‘Palmeras en la nieve’?
Está encantada. Ella quiere volver a verla una y otra vez. Dice que no ha entendido nada, que no ha asimilado nada y que hay que volver al cine.

¿Cómo definirías tu estado de ánimo en este momento?
Feliz, un poco en shock todavía por todo lo que me está pasando, y de nuevo, muy feliz.

¿Qué le pides a 2016?
Es que 2015 ha sido increíble: terminé una película, empecé una serie de éxito y además, lo he disfrutado que es lo importante. A 2016 le pido que sea igual y poder disfrutar de todo lo que me llegue.

 

MARIO CASAS
En ‘Palmeras en la nieve’ interpretas a Kilian, ¿te sientes en algo identificado a él?

Sobre todo en el proceso vital que tiene. Yo vivía en Barcelona y me fui a vivir a Madrid con 17 o 18 años, y me voy en busca de un sueño. Me voy porque dentro de mí hay algo latente pero que todavía es inconsciente, no entiendo mucho que me pasa. Y a él le pasa lo mismo, él siente que no está en su sitio, que su lugar está en África. Allí se convierte en hombre. Es un proceso yo también estoy haciendo, yo estoy en un cambio, desde hace dos años soy mucho más consciente de lo que soy y de lo que quiero.

¿Qué ha sido lo más duro del rodaje?
Hubo momentos difíciles como algunos días de rodaje en Colombia, rodábamos en la selva, en lugares donde nadie había pisado, en playas vírgenes… Nos encontrábamos con sorpresas, claro. Pero esa aventura, esas ganas de descubrir, está plasmada en la película, en los personajes, se impregna inconscientemente.

Además, tú cambiaste un confortable hotel por una cabaña en plena selva.
Sí, a una hora del pueblecito donde estábamos había un hotel pero yo quise quedarme en unas cabañas donde no había agua caliente, no había internet… Estaba en la selva a pie de playa, y una de las cosas que más me gustaba era cuando llegábamos, que era hacia las seis, veíamos atardecer, nos metíamos en el agua con tablas de surf, era algo único que tenía que vivir.

Cuéntanos alguna anécdota del rodaje.
Algo que me pasó mientras ensayaba una escena, que salía corriendo, pues me partí el tobillo. Todo el equipo escuchamos un ‘crec’ y es que me hice un un esguince de tercer grado. Me enyesaron y el fin de semana pedí que me lo quitaran, estuve rodando con muletas, fue bastante curioso. Con esto he aprendido a que los ensayos me los tengo que tomar con más calma (ríe).

Y a Berta, que ha debutado como actriz con esta película, ¿cómo la has visto?
Yo la veo fantástica, veo una revelación, nuestra revelación, que hace un trabajo bellísimo y muy difícil para ser su primera película. Es lo primero que hacía, pues lo hizo antes de ‘Vis a vis’, con otro acento, otro cuerpo, otra energía, parece completamente una guineana. Para ser un primer trabajo es muy complicado, tiene un talento brutal, fresco, joven. Se comerá el mundo y a los actores que llevamos unos añitos también. Ojalá tenga la oportunidad de trabajar con ella otra vez.

¿Y volverás a trabajar con Fernando, quien te ha dirigido en varias películas y series?
En su próximo proyecto ya me ha dicho que no me quiere (ríe). Pero sí, seguro. Hemos ido de la mano en este difícil camino tanto en lo emocional como en lo profesional. Yo no puedo vivir sin él y él no puede vivir sin mí. Esto no se queda aquí seguro.

¿Algún otro proyecto que nos puedas avanzar?
En enero o febrero se estrenará ‘Los 33’, la película de los mineros chilenos que hice con Antonio Banderas y Juliette Binoche. Después llega ‘Toro’, y ahora acabo de terminar de rodar en Barcelona ‘Contratiempo’, con Ana Wagener, Jose Coronado, Bárbara Lennie y Paco Tous, y me vuelve a llamar Álex de la Iglesia, que en febrero empezamos ‘El bar’ y me va a hacer una perrería otra vez. Me está aportando cosas muy buenas la comedia.

De todos los personajes que has hecho, que no son pocos, ¿cuál es el que más te ha marcado?
Sé que no queda ‘cool decirlo’, quedaría más guay diciendo ‘Grupo 7’, pero en conjunto, por las cosas buenas que me ha traído, es H, el protagonista de ‘Tres metros sobre el cielo’. Él me ha dado la oportunidad de ser conocido incluso fuera, en México, Chile, traspasó fronteras. Se creó un fenómeno bestial con esta peli y en el cine es muy difícil que pase y me dio la oportunidad de que me llamaran para otro tipo de películas y abrir un abanico de posibilidades.

¿Qué balance haces de 2015 y que le pides al nuevo año?
Ha sido un año muy bueno, lo importante es que mi gente está bien, con salud, felicidad, y lo profesional es algo secundario, aunque también ha sido maravilloso. Ojalá me sigan dando la oportunidad de hacer cine o televisión, de hacer cosas distintas. Y que ‘Palmeras en la nieve sea un buen regalo para estas fiestas, que tenga una buena acogida. Y de esta película he hecho buenos amigos, me he llevado a grandes personas, a muy buena gente.