Belén Rueda ha dado una lección de entereza y de discreción después de recibir uno de los reveses más duros de su vida. Este fin de semana perdía a su madre, Belén García- Porrero. La actriz ha tomado una decisión muy personal pero totalmente respetable y comprensible, aunque nada fácil. Llamada por su indudable profesionalidad, ha aparcado el dolor y las lágrimas para su parcela íntima, y ha decidido estar al lado del equipo de su última película, 'Perfectos desconocidos', en la que se ha puesto a las órdenes de Álex de la Iglesia.

El equipo de rodaje, con quien Belén ha formado una auténtica piña, ha valorado como se merece este enorme esfuerzo de la actriz y la ha arropado y mimado durante su presentación. Juana Acosta la reconfortaba con besos y el resto de sus compañeros, con De la Iglesia a la cabeza, han estado totalmente volcados con ella y prestándole toda su atención con gestos sutiles, pero llenos de cariño. Rueda es una mujer muy celosa de su intimidad y no ha querido que trascendiera de ninguna forma la tristeza que la inunda con el fallecimiento de su progenitora.

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Juana Acosta ha estado muy pendiente

No existían pistas rotundas del drama que había vivido hace apenas unos días. Solo las condolencias de amigos y conocidos que aparecían en sus redes sociales.

Finalmente, sin dar tregua al dolor ni al drama, Belén Rueda ha hablado de la pérdida de su madre a los medios que se encontraban cubriendo el preestreno y que le han transmitido su pésame. Durante el acto público de anoche, pocas veces perdió la sonrisa. El amarillo de su espectacular vestido cruzado de corte 'vintage' hasta los pies parecía darle la fuerza que necesitaba. Pero el gesto se le volvió repentinamente melancólico al abordar un tema tan duro y personal:"Estoy como se puede estar después de una cosa así".

Belén ha contado que su decisión de cumplir sus compromisos profesionales no solo ha sido personal, sino también un gesto hacia su madre. "Uno puede decidir encerrarse o puede decidir seguir. Yo he hecho lo que estoy segura ella desearía que hiciera", decía con pena, pero sereno. Con humildad, ha concluido que, en la entereza que está demostrando en estas difíciles circunstancias, no hay nada de heroico: "Creo que todo el mundo muestra fortaleza en estas circunstancias, lo que pasa es que no está expuesto a que le juzguen pero casi todos los somos, porque la vida sigue".