Belén Esteban: "Estuve en coma 18 días, escuchaba a mis padres diciéndome que volviera"

La colaboradora ha recordado el peor episodio que ha pasado en su vida, uno del que podría no haber salido...

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Paz Padilla daba ayer en Sálvame una lección de vida. Uno de esos consejos que todos deberíamos aplicarnos para poder sobrellevar el día a día con más ganas, con más alegrías. Y venía, precisamente, hablando de la muerte y del poco miedo que la presentadora tiene al final. No así Belén, que no dudó en sincerarse y contar uno de los peores episodios de su vida, uno que nunca antes había hecho público...

Si yo me muero, tenéis que hacer una fiesta”, aseguró Paz Padilla. “Una fiesta de tres días y todos disfrazados y de cachondeo”. Así de directa y clara era la presentadora. Paz no le tiene miedo a la muerte y no quiere que nadie lo pase mal cuando eso ocurra. Pero no todos los colaboradores opinaban lo mismo. “Hay gente a la que le da miedo hablar de esto”, aseguraba la presentadora. “A mí”, respondía Belén.

“A la muerte le tengo miedo”, se sinceraba la colaboradora. “Tengo muchísimo miedo a la muerte. A la de los míos también, pero me da miedo por muchas cosas. Pensar lo que dejo, porque solo me tiene a mí”. Belén trataba de contener la emoción al hablar de un tema tan duro. Kiko Hernández también reconocía que, desde que es padre, le tiene miedo a la muerte. “¿Alguna vez has estado a punto de morir?”, incidía Paz Padilla.

“Yo, muchas. He visto la luz”, respondía Belén. “En un coma, me dio un bajón de azúcar tremendo, me quedé sin azúcar en el cuerpo y vi a mi niña como me llamaba”. La colaboradora se abría relatando un episodio de su vida que nunca había contado. “Yo lo máximo que he estado en coma han sido 18 días. Oía a mi madre y a mi padre hablándome. Mi padre me decía que volviera”. Kiko se quedaba de piedra al escuchar el testimonio de Belén.

No quiero hablar de eso porque me acuerdo mucho de mis padres”, explicaba. “Lo han pasado muy mal. Mi niña era muy chiquitita”. Belén reconocía que quedarse sola en casa le da miedo, por si le pasa algo. “Me dan bajadas muy fuertes durmiendo”, continuaba. “Miguel se va a trabajar a las siete de la mañana y antes de irme, me hace un análisis para ver cómo estoy”. Mila manifestaba todo su cariño hacia su compañera. Ella también reconocía haber visto la luz.

El azúcar es una enfermedad muy complicada”, explicaba Belén. “Yo estoy bien aquí y me voy, me hacen un control y me quedo en 20 o 40 de azúcar”. Este tipo de testimonios son muy importantes para que la sociedad se conciencie de esta enfermedad y de la importancia de tratarla. Mucho ánimo, Belén.

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