Aún solo es una adolescente que va al instituto, pero las marcas más importantes de moda y cosmética ya se pelean por ella. Es Anita Matamoros, el miembro más joven del clan y con el futuro más brillante en el oficio 2.0 de moda: ‘influencer’.

Anita, desde su rincón en la red, bien a través de fotos en Instagram o de vídeos en YouTube, influye en miles de adolescentes (y no tanto) que tratan de copiar desde sus modelos hasta su maquillaje. La hija menor de Kiko tiene clubs de fans, representante y una cartera de firmas con las que ha trabajado que ya le gustaría a más de uno de los blogueros y youtubers más veteranos. Y, como decimos, sin haber cumplido aún la mayoría de edad. Esta Matamoros pisa tan fuerte que hace retumbar todo a su paso.

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Su padre está ogullosísimo de ella. Aunque no habla de ella en ‘Sálvame’, ayer no pudo evitarlo. A Kiko se le caía la baba contando los planes de futuro de la adolescente, que pasan por acabar el instituto y estudiar la carrera de diseño. Aunque ella en su canal en YouTube aún se muestra algo dubitativa, y no sabe si finalmente se decantará por marketing y publicidad de moda. Matamoros está feliz de que la menor ya sepa la importancia del dinero y de lo que cuesta ganarlo gracias a sus colaboraciones. Esto le ha hecho madurar a la joven Anita, y ser capaz de gestionar sus ingresos a través de la publicidad en sus canales, como hacen los grandes de la red, desde Dulceida hasta Lovely Pepa.

Anita asegura que siempre se ha sentido atraída por el mundo de la moda, que para ella es algo natural. Lo de convertirse en una influencia en la red sí que le cogió totalmente por sorpresa. “No me esperaba tener lo que tengo ahora. Fue de repente. Muy rápido”, para ella todo “fluyó”. El número de sus seguidores fue en aumento en Instagram, donde tiene más de 120.000, y se animó a compartir su día a día, más unos cuantos tags, en YouTube, donde ahora acumula 30.000, un número muy elevado si tenemos en cuenta que su vídeo más antiguo solo tiene un mes.

Sobre su futuro lo tiene claro y parece que no desea seguir los pasos de sus hermanos. “Prefiero seguir con Instagram, sé que un día se acabará, pero no quiero entrar en el mundo de los ‘realities’. Voy a estudiar mi carrera, acabarla y trabajar”. Los focos ya apuntan hacia ella, pero no son los de un plató, sino el flash de la cámara de su móvil para hacerse ‘selfies’.