Sin grandes alardes. Así ha sido la boda secreta de Olivia Palermo y Johannes Hubl. Se comprometieron en Navidades, y desde entonces esperábamos ansiosos la llegada de este día que nos ha cogido a todos por sorpresa.
En Nueva York, rodeada de su familia y de sus amigos más cercanos, esta pareja de guapos se daba el ‘sí, quiero’. Vogue UK había anunciado que Olivia y Johannes se habían casado unos días antes, pero parece que tuvieron el don de la clarividencia, puesto que la boda se produjo tan sólo tres días después.
“Queríamos mantener este precioso día en privado porque era muy especial para nosotros y deseábamos disfrutarlo con nuestra familia y dos amigos íntimos” decía la propia Olivia en su web.
Lo más esperado, como es natural, era el vestido de la novia. El misterio se desveló cuando vimos a una Olivia Palermo luciendo un dos piezas de Carolina Herrera, con falda degradé, más corta por delante y algo más larga por detrás. La parte de arriba era un suéter crema hecho en cashmere y con plumas de avestruz. Con manga francesa, abertura en la pierna y un delicado bordado en el tul de la falda, Olivia volvió a ser la representación de la elegancia y de la clase.
Peinada con una sencilla coleta y su tradicional maquillaje, lo único que dio el ‘twist’ al look fueron los zapatos, unos ‘Manolos’ en azul pavo, recordando, de manera irremediable, a lo que lució Carrie Bradshaw en su boda con Mr. Big.
Por su parte, Johannes también se decantó por el blanco. En su caso fue un traje de la firma Marc Anthony Hamburg, con complementos en azul marino.
El enlace tuvo lugar en un parque de la ciudad de Nueva York, el Bedford Park, elegido por la novia porque resultaba un paraje “muy romántico”.
¿Qué os ha parecido el enlace tan sencillo de Olivia Palermo? ¿Esperábais algo así de la reina de las ‘socialités’?