De todos los personajes de la próxima boda real sueca, confesamos nuestra debilidad por la madre del novio, una señora estupenda, rubia y bronceada que ha tenido nada menos que cuatro maridos –a cual más rico– y ha mostrado una pasmosa habilidad, tanto para colocar a sus dos hijas –y ahora a Chris– en confortables posiciones dentro del selecto club de la nobleza europea como para sacar un buen rendimiento a sus divorcios: tiene piso en Manhattan, apartamento en Belgravia, Londres, villa en Florida (valorada en 13 millones y regalo, dicen, de Chris) y un castillo en el idílico estado federal austríaco de Carintia.

Se comprende que una mujer así llame poderosamente la atención. Y también se puede comprender que desde Palacio se hagan los suecos. Literalmente.

Cuando el diario Aftonbladet, que acaba de publicar un completo árbol genealógico de Chris O'Neill, se dirigió por escrito al novio solicitando información sobre los ancestros de su madre, se encontró con una negativa. Un portavoz de palacio les respondió que, al haber renunciado a cualquier título real, Chris no solo puede seguir con su profesión actual sino que con ello ha querido también evitar que sus familiares se vean de repente convertidos en figuras públicas y objetivo de los focos de la prensa. ¿De repente? Bueno, no tanto.

Carlos y los celos de Camila

Naturalmente, la prensa ha empezado a indagar por su cuenta. Y además de maridos, divorcios o la vieja amistad con otra millonaria de los mullidos salones, la checa Ivanna Trump, le han encontrado a Eva algunos amigos entrañables... ¡como el príncipe Carlos! a quien le une un episodio de celos y un deportivo salto por la ventana.

Resulta que entre otras benéficas actividades, la madre de Chris es, desde hace años, una de las dinamizadoras del Weekend Amadeus, un selecto fin de semana de agosto dedicado a Mozart dentro del famoso festival de Salzburgo (Austria). Gracias a su valiosa agenda, el festival logró contar en 2003 con la presencia del príncipe de Gales. Carlos acudió con Camila. Pero a Camila, con quien se casaría dos años después, no le gustó la muy estrecha familiaridad que percibió entre Carlos y Eva, sobre todo cuando se dieron un abrazo de bienvenida. La entonces novia de Carlos no estaba para bromas y exigió que el beso fuera también de despedida. La prensa británica dice que han seguido en contacto.

Según el 'Daily Mail', Carlos y Eva se conocieron veinte años antes, en 1986, en un partido de polo. Para entonces, la relación de Carlos con lady Di –cinco años casados– comenzaba a hacer aguas. Al parecer, Carlos y Eva se conocieron no solo durante el partido sino también dentro del vestuario, donde se asegura que entró lady Di justo en el momento en que Eva salía por la ventana.

También dijo el mismo diario que una parte del entorno de Carlos quería favorecer su relación con Eva para alejar a Camila de la cabeza, el corazón u otros órganos vitales del príncipe. De ahí el enfado de Camila, que tiene memoria, ante el abrazo de Salzburgo veinte años después.

Superó a Liz Taylor

Pero si no pudo con Camila, Eva sí pudo con una estrella mucho más brillante: Liz Taylor. Se afirma que uno de sus maridos se lo robó por la mano. Liz salía con un hombre de negocios y parecía que iban a acabar casados cuando tuvieron la ocurrencia de invitar a Eva y otros amigos a un crucero de dos semanas. Tiempo más que suficiente para que al llegar a puerto el hombre anunciara su boda... con la madre de Chris.

Sobrina del obispo que ordenó al Papa Ratzinger

De lo poco que sabemos sobre los orígenes de Eva Marie Walter es que nació en Austria –no se dice dónde– en 1940, en los convulsos tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Se sabe que es sobrina del cardenal Michael von Faulhaber, influyente arzobispo de Munich durante cuatro décadas, ente 1917 y 1952 , famoso porque se opuso públicamente al nazismo (aunque mantuvo las relaciones de la iglesia con el poder) y que en 1951 ordenó como sacerdote a Joseph Ratzinger, el que sería papa Benedicto XVI.

Sus cuatro maridos

Su primer matrimonio fue con el alemán Walter Schoeller, adinerado empresario que era cónsul honorario de Indonesia en Munich. No era un diplomático sino un hombre de negocios. Tuvieron una hija, Tatiana Schoeller (que acompañó a su madre en la foto de los novios con los reyes de Suecia). Tatiana (45) está casada con el rico aristócrata británico John Henry d’Abo y vive en una mansión del siglo XVIII cerca de Cambridge con sus tres hijos: Anouschka (1991), Celina (1996) y Jasper (2001).

El segundo marido fue el magnate del cemento americano Hermann Loeb. Con él tuvo a su hija Natasche Loeb, casada con el conde austríaco Ers von Abensperg und Traun con quien tiene una hija lamada Milana Tatiana (1996).

Su tercer matrimonio fue con el padre de Chris, Paul Cesario O’Neill (1926-2004) . Paul Cesario, 14 años mayor que ella, había estado también casado (con Hildegard, fallecida 2011) y tuvo tres hijas Analisa (1959), Stefanie (1963) y Karen (1961). Con Paul Cesario, Eva tuvo a Chris en 1974.

El último marido de Eva, James Elliot Steward es un empresario de Florida, que pudo haberse casado con Liz Taylor, y del que según la prensa sueca también se ha divorciado.