Por Gloria Fernández

 

Una legión de admiradores y medios se congregaban una hora antes para recibir al hombre del día. Y no defraudó. Desde que Antonio Banderas puso los pies en el recinto del Auditorio del Hotel Melià para recibir el Gran Premio Honorífico del Festival de Sitges, no dejó de regalar sonrisas y gestos amables sin excepción. El actor malagueño recibió el galardón con un traje de pantalón y americana negro, dando a su atuendo un toque informal luciendo una frondosa barba, que lleva por exigencias de la película que está rodando estos días en Santander, y sin corbata. Antonio Banderas en su discurso de agradecimiento, en el que reconoció que “es bueno para la vanidad”, no quiso dejar pasar la oportunidad de dedicárselo a todas aquellas personas “que son tan invisibles como absolutamente imprescindibles” en el mundo del cine.

 

¿Te estás dando un baño de multitudes?

Ya me habían invitado al festival en otras ocasiones, pero no había podido asistir, la mayoría de las veces por motivo personales, porque estaba rodando en algún otro sitio, pero este año se ha dado que estoy rodando en España y no ha sido muy difícil desplazarse. Estoy muy contento, me han recibido con sonrisas y el reconocimiento de esta noche es algo que agradezco sinceramente.

 

Tu naturalidad para acercarte al público es increíble…

Me gusta ir dando las gracias a la gente. Están aquí desde hace mucho rato. Realmente, lo que nosotros somos se lo debemos a quienes están aquí. Este año, además, está siendo un año muy bueno para el cine español y hay que agradecérselo al público que hay. Debemos cambiar un poquito esa dinámica que ha existido siempre entre el público y los artistas en general del mundo del audiovisual, y agradecérselo. Que se animen a ver su cinematografía y que estén orgullosos de lo que nosotros somos capaces de hacer.

 

Cine fantástico no has hecho mucho, aunque estés aquí en el Festival de Sitges. Quizás ‘La piel que habito’ de Almodóvar y ‘Autómata’, que presentas hoy aquí, sean las que más, ¿no?

Sí, quizás también ‘Entrevista con el vampiro’. En realidad, tenía pensado decir esto en el escenario: lo más fantástico de mi vida, no han sido las películas que he hecho, sino mi vida, que ha sido como una película de Ciencia Ficción. Salí de mi tierra en Málaga, pensando que iba a ser sólo un profesional. Admiraba mucho a los actores y estar en la quinta fila con una lanza en el teatro de la Zarzuela hubiera sido suficiente. Todas las cosas que me han pasado forman parte del cine de Ciencia Ficción y conforman de alguna forma mi vida como artista.

 

Has venido de estar rodando en Altamira, ¿cómo va?

Muy bien. Estamos muy contentos y nos está respetando el tiempo. Ahora vamos a rodar a interiores, o sea que ya puede empezar a llover, porque ya hemos salvado todo lo que teníamos que rodar en interiores. [Risas]

 

¿Qué te parece el premio?

No lo he visto todavía, pero es mentira cuando los actores y los artistas decimos que no nos gusta recibir premios. Todos tenemos una cierta vanidad, para qué vamos a ser hipócritas. En este país que se premia muchísimo más la genialidad que el esfuerzo, cuando se entrega uno a una cosa, exponiendo incluso su patrimonio y el trabajo, no de uno sólo, sino de más gente, se agradece muchísimo que alguien vea eso. Que encuentre unos ojos, unas orejas y, de repente, que te den esto, es un estímulo enorme. Te hace pensar que el trabajo no es en balde, sino que hay gente que lo sabe reconocer.

 

¿Tu proyecto de futuro pasa más por España?

No, tengo una tendencia natural hacia España, porque me divierto más haciendo producción y dirección, y eso me gusta hacerlo en mi país. Pero no voy a abandonar los Estados Unidos. Voy a seguir trabajando allí. Sería estúpido cerrar una puerta para recibir ideas que me pueden interesar.

 

¿Qué viste en la historia de ‘Autómata’, la película que presentas en el Festival, para producirla?

Vi un brillo especial en los ojos de Gabe Ibáñez, que se reflejaba en ese guión. Un brillo especial que yo veía cuando yo era muy joven y me miraba al espejo al afeitarme. [Risas]. Y me dije: “A este tío hay que apoyarle, porque tiene algo especial”.