Regresar de un viaje siempre es una mezcla de sensaciones. Por una parte, no hay placer mejor que volver a dormir en tu cama. Por otra, ¿vamos a tener que esperar otro año para poder largarnos unos días de desconexión total? Anna Ferrer, la hija de Paz Padilla, sabe bien de qué hablamos. La joven acaba de volver a casa con un poco de melancolía en el ambiente y, encima, se ha encontrado con una desagradable sorpresa. Uno de esos giros del destino que te dejan hecho polvo. Un desajuste que te pilla en el peor de los momentos. Sí, en su casa ¡¡no hay fuet!! Nos sentimos totalmente identificados...

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Anna Ferrer Padilla

Está acostumbrada a no parar. Desde que se marchó a estudiar a Reino Unido, Anna Ferrer, la hija de Paz Padilla, no deja de coger aviones. Claro que no todos son por motivos tan divertidos como en su última vez. La influencer estuvo tres días en Oporto acompañada de una amiga gracias a una de esas experiencias viajeras que, cada vez, están más de moda. Setenta y dos horas aprovechadísima donde se lo ha pasado estupendamente. Tanto que la vuelta se le ha hecho un poco dura.

Bueno, ya estoy en casa, muy triste”, reconocía en su perfil de instagram. Retomar las rutinas nunca es sencillo. Con todo, Anna siempre saca el lado positivo a todo. En sus stories, ha querido contar a los muchos seguidores cómo ha sido el viaje y descubrir el drama que le esperaba al llegar a casa. “Llevo mazo rato así”, explicaba con cara de circunstancias. “Enfrente de la nevera, a ver si me apetece algo para comer, pero no”. Anna tenía un vacío en el estómago a mitad noche y no conseguía nada que le hiciese salivar. “Odio esta sensación, este momento”.

Lo peor de todo es que, mientras explicaba lo que estaba pasando, ella misma narraba el origen del problema: “Y es que no queda fuet”. La hija de la presentadora sabía muy bien lo que quería. ¿Cuántas veces nos hemos despertado muertos de hambre, deseando, no sé, esas galletas de chocolate tan ricas y, de repente, NO HAY? Ay, Anna, te mandamos todo nuestro apoyo, toda nuestra fuerza y, por favor, ¡que alguien le mande fuet ya! Y ya puestos, que sean dos...