Ana Obregón está con el  buen rollo subido. Desea hacer las paces con todas las personas con las que aún guardaba rencillas. Empezó haciéndolo con Antonia Dell’Atte, su fervorosa enemiga desde los 90, y ahora ha fumado la pipa de la paz con Susana Uribarri, con la que llevaba distanciada algunos años cuando esta, que un día fue su mánager, empezó a salir con su expareja, el modelo polaco Darek. Eso le sentó como un tiro a Anita y entonces se produjo la ruptura de su amistad.

Por suerte, el tiempo le ha enseñado a perdonar y a valorar lo que de verdad importa, así que desea retomar contacto con la que un día fue una de sus amigas más íntimas. Lo han hecho posando para una conocida publicación en la que explican que entre ellas se acabaron los malos rollos y las discusiones. Ahora son más sabias y han aprendido qué es lo que de verdad importa.

La actriz zanjó su amistad con la otra rubia hará cosa de 5 años. Entonces Susana se empezaba a dejar ver del brazo de Darek, que alcanzó gran popularidad gracias a su relación con Obregón. Han sido muchos años de evitarse, de no dirigirse ni tan si quiera la palabra y de hacer como que la otra no existía. Y todos esos actos, al final, suponen un gasto de energía tremendo. Mejor destinarlo a algo mucho más práctico como ponerse al día, perdonarse y volver a ser uña y carne.

Y lo advierte Ana: “ahora somos unas amigas estupendas”. Parece que las dos rubias han vuelto con más fuerza que nunca y con la exaltación de la amistad por las nubes. Pues hala, ¡que les dure!

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