Dando la espalda y sin dar la cara, la denunciante que ha puesto en serios problemas ante la justicia a Kiko Rivera por conducir, supuestamente, sin carnet, asegura no querer convertirse en alguien famoso, aunque los propios abogados del hijo de Pantoja le digan que “todo tiene un precio”. Ella ha querido hablar para ‘El programa de Ana Rosa’ pero lo ha hecho sin mostrar su rostro y usando un nombre falso, Pilar.
Esta mujer que no pudo evitar denunciarlo ante la Fiscalía, sabiendo que el DJ no tenía carnet, cuando vio unas imágenes de este conduciendo en el programa para el que hoy ha hablado. Empleó como pruebas las imágenes en directo que habían sido tomadas por el equipo de AR y basándose en eso se llevó a cabo la denuncia. Todo esto ocurrió en mayo del año pasado, ahora, y después de tres vistas, y que el padre de Ana y Francisquito niegue los hechos, tendrán que seguir compareciendo. El juez ya ha llamado a declarar, en calidad de testigo a Rocío, la reportera del programa que presenció lo ocurrido sin ser consciente de la situación.
“Seguiré yendo a los Juzgados a declarar, pero no busco ser famosa ni dar una exclusiva”, arrancaba Pilar su discurso. “La abogada de Rivera me acusaba todo el rato de esto y al final me harté, la miré con mala cara y le dije que me quería hacer un Interviú. Al acabar la vista me acerqué a ella y le pedí disculpas por mis formas. Entonces los abogados de Kiko me dijeron ‘bueno, todo tiene un precio’”.
Asegura no tener ninguna animadversión hacia la familia Pantoja y reconoce haber denunciado a otras personas de esta manera. Dice que supo que Kiko no tenía carnet “porque era vox populi” y pensó que era un peligro.
Pilar ha contestado a las cuestiones de los colaboradores pero Alessandro Lequio, más que preguntar, prefería tirarle de las orejas. “¡Lo que ha hecho usted es escandaloso! La figura del vecino denunciante es la amargada del barrio, pero usted la deja como una criatura del cielo”, regañaba. También ha recalcado que esta figura es propia de los regímenes fascistas y que le ha parecido que la denunciante “tiene una amargura existencia tremenda”.