No todas las mujeres quieren ser madres. Esto es una realidad y debería ser un hecho tan respetado y normalizado como cualquier otra decisión personal. Pero sigue existiendo una innegable presión social que hace que las que no quieren tener hijos se sientan juzgadas, o incluso rechazadas. Por suerte, poco a poco se van alzando voces a favor de las mujeres que deciden priorizar sus carreras o que, simplemente, no planean una vida con hijos. Adriana Abenia ha sido la última en hacerlo, y precisamente para defender a otra de las mujeres que se ha atrevido a decir lo que piensa, la periodista Samanta Villar.

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ADriana abenia

Samanta, madre de mellizos, ha publicado un libro con frases lapidarias como "Yo no soy más feliz ahora de lo que era antes" o "Tener hijos es perder calidad de vida", afirmaciones que han abierto la caja de Pandora y le han hecho recibir un aluvión de críticas. Adriana Abenia ha reaccionado a su favor y ha publicado una extensa reflexión que refleja lo cansada que está de los tópicos que rodean a esta cuestión: "Basta ya de vendernos a las mujeres que sólo teniendo hijos alcanzaremos el Nirvana. Desde que me casé en diciembre del 2015, un goteo incesante de medios, con la mejor voluntad, me pregunta siempre lo mismo, al igual que nuestros amigos más cercanos", empieza la presentadora.

Adriana Abenia

En las siguientes líneas, Adriana no se corta un pelo y expone sin tapujos todo lo que opina al respecto: "Me da pereza ser mamá y me molesta la presión que ejerce la sociedad sobre las mujeres para que seamos madres y así sentirnos realizadas y alcanzar el Nirvana, engañadas por los mitos románticos de la procreación, máxime cuando no existen las suficientes medidas de conciliación que faciliten compatibilizar carrera y maternidad", escribe. Y continúa: "Si algún día decido ser fecundada, será porque me mueven otras inquietudes, al margen de la necesidad de sentirme acompañada o de los “fértiles” consejos del mundo en el que nos movemos y en los que se estigmatiza algo tan personal como la maternidad, que no es ni mucho imprescindible para alcanzar la plenitud y puede incluso dar al traste con ella, si no es lo que deseas. Sinceramente, obligarse a amar a alguien que todavía no conoces debe ser una elección, y cuando dices no querer tener hijos, ese debería ser el fin de la conversación", afirma con rotundidad.

Las últimas palabras del texto van dedicadas a Samanta: "Bravo, Samanta, por normalizar lo que muchas madres piensan y no se atreven a decir."